lunes, 30 de enero de 2012

EL ESTADO DE LAS COSAS


Como en cualquier otro ámbito de nuestras vidas, y el mundo cofrade no es ajeno a ello, hay una manera de afrontar el estado de las cosas que está directamente relacionada con la forma de ser y estar de los que componemos las Hermandades y Cofradías, desde cualquiera de sus cargos de representación o sólo como hermanos.

El espíritu cofrade es una semilla necesaria para el florecimiento de nuestras corporaciones, para mantener viva la llama de la ilusión por hacer bien las cosas, de forma digna, honrando a nuestros titulares, tratando de conservar y aumentar el patrimonio que tenemos a nuestra disposición, y dando cabida, en la medida de lo posible a nuevos impulsos, nuevas ideas necesarias para la evangelización y la integración social de los nuevos barrios, o de los barrios existentes pero que están marginados por el discurrir de nuestra sociedad.

Como comentamos en una de las primeras entradas del Blog, en Don Benito, tenemos a día de hoy, varios tipos de cofrades, que influyen de manera decisiva en lo que es hoy la Semana Santa local, y en lo que podría llegar a ser. Al margen de entender la misma como un rasgo de identidad de la ciudad, tanto a nivel turístico-cultural como a nivel devocional, hay algo que frena las aspiraciones de cofrades mas jóvenes, que intentan abrirse paso en este mundo tan complicado, a veces, y que hace que nuestra Semana de pasión sea evidentemente estática e inmovilista. Es decir, que no evoluciona, no crece como debería, y se ha quedado estancada con el paso de los años.

¿Cómo influye en esta cuestión, la manera de ser de los Cofrades?. Pues está claro que podemos distinguir varios tipos:

-1.- Aquellos que teniendo un bagaje importante por edad, y por los cargos asumidos en nuestras Hermandades y Cofradías, abogan por dar paso a los mas jóvenes, que con ilusiones renovadas, ideas obtenidas de otras Semanas Santas de nuestro entorno y conocimientos en el ámbito de las nuevas tecnologías (páginas web, redes sociales, etc…) están preparados para asumir el reto de mantener las tradiciones, y tratar de mejorarlas en la medida de lo posible. El trabajo codo con codo de jóvenes y veteranos, garantiza el bienestar de nuestra Semana Santa para las próximas décadas.

-2.- Por otro lado, están aquellos otros cofrades, que lejos de arrimar el hombro para mejorar lo que existe, se han dedicado a alimentar sus propios egos o ansias de figurar, tratando de minar la moral de los mas jóvenes, e influyendo de manera negativa en cualquier acción que implique crecer, asumir nuevos retos; porque entienden que las cosas están bien como están, y al fin y al cabo, Don Benito no puede o no tiene la necesidad de hacer nada nuevo, porque el calabazón prefiere el campo a la ciudad en esta Semana crucial para los cofrades. Este tipo, amparándose en el conocimiento o formación cofrade que dicen tener, prefieren mantener el estado de las cosas, y figurar mas en otros actos de las Parroquias, que en los específicos de la vida cofrade.

Todos los cofrades en mayor o menor medida han sido importantes para que en Don Benito, a día de hoy, tengamos 4 Hermandades y Cofradías de Penitencia, que realizan su estación cada Semana Santa. Conforman nuestra Junta de Cofradías, y hasta la fecha, bien por cuestiones económicas, bien por la línea parroquial que marca parte de sus actividades anuales, bien por los Hermanos mayores, que dirigen con mayor o menor acierto sus corporaciones, pienso con todos mis respetos, que se han acomodado a no hacer nada nuevo o atractivo para el florecimiento de nuestra Semana de pasión. Unos mas que otros evidentemente.

Se echa en falta una mayor implicación del Ayuntamiento local, que me consta está en disposición de cambiar para bien, en la conformación de una Semana Santa atractiva y bien organizada, codo a codo con la Junta de Cofradías. Pero también han sido y es responsabilidad directa de las Hermandades el hacerse notar más si cabe, aprovechando los medios de comunicación virtuales, que afortunadamente tenemos hoy en día.

El grupo de cofrades, que tenemos la certeza de poder cambiar el estado de las cosas, sabemos la necesidad de ampliar el marco de miras hacia otros barrios, porque afortunadamente la ciudad crece, y todas las personas, creyentes o no, precisan del apoyo de las Hermandades y Cofradías, que amparadas por las Parroquias tienen una labor muy importante por hacer. Pero además, tenemos una gran noticia para estos barrios, con la necesaria creación de dos nuevas corporaciones en torno a las imágenes del Señor de la Oración en el Huerto, y de Nuestro Padre Jesús de la Salud. La devoción que pueden despertar ambas tallas, garantiza la posibilidad de crear en torno a ellas dos nuevos movimientos cofrades, abiertos a toda clase de personas, sean jóvenes o mayores, sean de un barrio o de otro, o sean vecinos de nuestra querida ciudad o de otras poblaciones cercanas. Si dejamos crecer ambos proyectos, podemos conformar una Semana Santa floreciente, con un espíritu cofrade renovado, con posibilidades de fomentar mayores obras sociales, de catequización de los más pequeños, de amparo a nuestros vecinos de edad más avanzada, etc…

Lo mas fácil es permanecer inmóvil, pero afortunadamente, tenemos mucho trabajo por hacer, y una ilusión a prueba de bombas, y queremos hacernos oír donde corresponda: Ayuntamiento, Parroquias, Junta de Cofradías, Diócesis de Plasencia, Medios de Comunicación, etc… No nos vamos a conformar con lo que tenemos, y desde aquí animo a todas aquellas personas que creen en la posibilidad de cambiar las cosas, que nos sigan sin reparos, porque no les vamos a fallar; y con respecto a aquellos, que amparados en su posición o conocimiento, no quieren o no dejan tocar nada, les animo a cambiar de actitud, y dejar a los jóvenes tomar el relevo para beneficio de la Semana Santa de Don Benito; las cosas se pueden hacer con mayor o menor celeridad, pero sobre todo hay que quererlas.

Ánimo a todos los cofrades, y a los que no lo son; aquí les esperamos para llegar a serlo algún día.

sábado, 28 de enero de 2012

TONTOS DE CAPIROTE

Dentro de la biblioteca del “Jartible”, se me antoja necesario e imprescindible, dejarse llevar por la afilada pluma de mi admirado Francisco Robles, en su octava edición ya del libro “Tontos de Capirote”.

Natural de Sevilla realiza la licenciatura de Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla, para ejercer la docencia como profesor de Lengua Española y Literatura.

Además de su faceta de escritor, en la que lleva publicados una docena de títulos, alguno ya en la sexta edición, ha editado el libro La soledad de Augusto Ferrán. También es el director de la revista El Libro Andaluz (Asociación de Editores de Andalucía).

Colabora en prensa, radio y televisión. En Sevilla TV dirige el programa "Ojos que nos ven", participando en el de "Semana Santa de Sevilla"; así mismo colabora en "Herrera en la Onda" de Onda Cero.

DATOS TÉCNICOS:

- Editorial: SIGNATURA EDICIONES.
- Lengua: Castellano.
- Encuadernación: Tapa blanda.
- ISBN: 9788496210325.
- Año de Edición: 1997.
- Plaza de Edición: Sevilla.

SINOPSIS

Tontos de Capirote es un análisis irónico de los tipos que pululan alrededor de la Semana Santa. A lo largo de este catálogo de maniáticos semanasanteros, el lector podrá reconocer actitudes y comportamientos de quienes le rodean. O de sí mismo, porque en este libro estamos todos retratados, empezando por el autor. Nunca nadie hasta ahora había hecho pasar por el laberinto de los espejos a los capillitas, a quienes la mala literatura había dibujado como individuos inmunes, sin mancha, con pasaje directo a la gloria.

Podremos descubrir al tonto del silbidito, a la tonta de la mantilla, al tonto de las torrijas, etc...

Por las páginas de Tontos de Capirote fluye ese mundo contradictorio de la Semana Snta: la ternura, la ironía, las pasiones que nublan el entendimiento para que nazca la tontura. Este libro, que ya es un testimonio literario de su época, ha sido calificado por Antonio Burgos como "saludable obra, tan llena de gracia y del mejor humor".

Espero que podáis disfrutar de la obra tanto como lo hice yo, os aseguro que los momentos que pasareis leyendo el mismo, harán que os olvidéis de todas las preocupaciones.

Si te apasiona la Semana Santa hasta abandonarte a ella con la "jartibilidad" necesaria, no cabe duda de que estás hecho un gran "tonto de capirote".

jueves, 26 de enero de 2012

DON BENITO TIENE SUS ÁNGELES


Los primeros tramos de nazarenos van enfilando sus pasos hacia la calle Donoso Cortés, bajo la luz de la luna, que va abriendo paso a la comitiva. Una larga hilera de cirios rojos, en contraste con el ruán de las túnicas de negro, vienen flanqueando la Cruz de Guía.

Apenas podía sentir el chirriar de las cadenas arrastrándose de forma melancólica y solemne por el húmedo adoquín del Jueves Santo; repicando de forma insistente una y otra vez, dejándose sentir cada vez mas cerca, por aquellos penitentes, que daban un paso más allá en la expiación de sus pecados, o en el cumplimiento de sus promesas.

A lo lejos, podía divisarse la silueta del Cristo de la Buena Muerte, cuyo rostro quedaba al descubierto por la luz que le llegaba desde los faroles de guardabrisa que lo rozaban levemente a izquierda y derecha, como queriendo acariciarlo: “¡¡ poco a poco, vamos de frente con el Señor valientes, la izquierda adelante y la derecha atrás...!! “. Palabras que sonaban a gloria en el silencio de la noche, y que Pedro les iba ordenando con respeto a sus costaleros. ¡¡ Que orgullo para su Madre, ver como cuidan a su hijo !!.

La revirá desde la calle Luis Hermida, dio paso a una tremenda chicotá prácticamente a tambor, ejecutada de manera imponente por esas zapatillas de esparto que raseaban sobre la calle, meciendo el paso de forma acompasada, sin estridencias, que fue acercando al Señor hasta una de las pocas luces artificiales que iluminaban la calle. Aquella luz salía de las puertas de la Capilla del Convento de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa, en el número 21.

La gente abarrotaba la calle, expectante, nerviosa, con la ansiedad de quien no ve el momento de que llegue “el momento”. Alguien era mandado callar por otro, con el siseo característico; los flases de las cámaras se centraban en el rostro compungido del Señor, pero el momento, no merecía ser roto por sonidos que no fueran propios del silencio respetuoso. Las miradas hacia el horizonte, fueron tornando en cabezas inclinadas hacia el imponente crucificado. Algunos aprovecharon para presignarse, o clavar en su cuerpo amoratado por la pasión, una nueva oración. “Poco a poco valientes, ¡¡ pararlo ahí !!. En ese momento dos golpes secos de llamador me estremecieron, y despertaron el llanto de un niño asustado por la escena. El paso quedó quieto mirando hacia el frente de la calle, en la misma puerta de la capilla.

Quedaba el último reto antes de reverenciar a sus moradoras; la calle estrecha, la luz mínima, y el público apenas dejaba un metro para maniobrar, pero el buen hacer de Pedro con sus costaleros obraría el “milagro” una noche mas. Alcé mis ojos hacia la luna, y después de un largo suspiro, bajé la mirada de nuevo a la escena. Dos nuevos golpes de llamador para que su patero de confianza, con un ligero movimiento de pies, casi en una baldosa, compusiera la mejor sinfonía de la estación de penitencia, para que racheando todos al compás, sin mas, el Señor quedara mirando al interior del pequeño templo. “ánimo con El, valientes, que se vea como trabajan los que saben y pueden; vamos a pedir aquí por todos vosotros y por vuestas madres, para que el Señor nos ayude a continuar, y a dar gracias a Dios, por permitirnos volver aquí, a su lado, otro año mas”.

Palabras sinceras, afectuosas y cargadas de emotividad, que hicieron resbalar alguna lágrima de los que allí se agolpaban. Un “padrenuestro” espontáneo volvió a romper el silencio de la noche. Pedro cogió dos claveles de la delantera del paso, y se adentró en la capilla. La magia de la noche aún nos deparaba el sonido inimitable de quienes tienen en la Oración, la razón de ser de sus vidas; nada para ellas, todo para los demás. Con claridad, pudimos escuchar desde fuera sus voces, claras, dulces y angelicales. El Señor de la Buena Muerte reverenciando al Cristo de “Marcelino Pan y Vino”, y siendo testigo de su divina presencia. El coro de voces de las monjitas, sólo pudo brillar con más luz en aquella noche de luna llena que llenaba el ambiente. Un respetuoso aplauso de los allí presentes, puso fin a ese ansiado momento, convertido en el más emotivo y esperado por los fieles y curiosos.

En ese momento, comprendí que Don Benito tiene sus ángeles. Basta con escuchar su voz, no es necesario verlas, pero su labor, su vida, su entrega, sus años de historia y su ejemplo no tiene precio, y se siente en el corazón y en el alma de cada uno de nosotros. Si algún Jueves Santo, queréis sentir su presencia, no dejéis de esperar el paso del Señor y de su Madre, que llegan a visitarlas.

Dios sabe donde pone su mano….

martes, 24 de enero de 2012

TIEMPOS PARA LA ESPERANZA


Porque todo tiene su tiempo pero fraccionado, hecho de pequeñas partituras independientes. Porque hay un tiempo para dejar que sucedan las cosas y un tiempo para dejar que las cosas sucedan. Mas solo un tiempo lo es siempre: la Esperanza. Siempre es su tiempo, hasta que deja de ser esperanza y se convierte en plenitud del Amor. Ese es el momento en que creemos que todo ha terminado y se revela el Principio.

Es sabia la expresión: “el camino es a veces mejor que la posada”; sintetiza que es mejor los momentos que pasamos esperando la felicidad, son mucho mas agradables y felices que los coronados por el gozo. Y esto es, con mas frecuencia que la deseada, cierto, pero no lo es en cuanto a que no es aplicable a la esperanza cristiana, porque cuando el cristiano llega, da comienzo la vida. La esperanza cristiana, no consiste en simples palabras vacías o promesas hermosas pero vanas, sino realidades concretas. Más aún. son personas: la de Cristo Resucitado y la de María, Madre de la Esperanza. (palabras pronunciadas en el año 2000, por José Antonio Fernández Cabrero, Consiliario de la Hermandad de la Esperanza Macarena, en el Pregón de la Esperanza de Carlos Colón Perales).

El triunfo de la Esperanza sobre las tinieblas, es el motor de la fe del cristiano, y nos alienta a sobrevivir en un mundo de dificultades, de dudas y piedras en el camino.

Benedicto XVI, en la carta encíclica Spe Salvi, nos propone tres “lugares” para el aprendizaje y el ejercicio de la esperanza cristiana.

-1.- El primer “lugar” es la oración. En el diálogo íntimo y personal con Dios experimentamos la realidad y la cercanía de un Padre que escucha y nos habla. El contacto frecuente con el Señor, en la oración, reaviva y renueva nuestra esperanza porque nos acercamos con la convicción de que Dios siempre atiende nuestras súplicas y está dispuesto a ayudarnos, pues «cuando no puedo hablar con ninguno (...) siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme (...) Él puede ayudarme».

-2.- El segundo “lugar” es la rectitud del obrar y el sufrimiento. El dolor y los padecimientos, tanto físicos como morales, son realidades connaturales a nuestra existencia humana. Cuando las tribulaciones se aceptan, no con una vana resignación, sino con fe y esperanza encontramos un camino de maduración y purificación. Desde esta óptica, el sufrimiento adquiere un auténtico sentido sólo a la luz del misterio de Cristo y, así mismo, los padecimientos se pueden enfrentar con realismo y sin desesperación.

-3.- Finalmente, en tercer “lugar” está la reflexión constante sobre el juicio final. En este sentido, La realidad del juicio nos ayuda a ordenar la vida presente de cara al futuro, a la eternidad. Además, ante muchos de los trágicos eventos que han marcado la historia humana esperamos en la justicia divina, pues tiene que existir alguien que pueda responder «al sufrimiento de los siglos» y al «cinismo del poder». Algunos autores de la violencia e injusticia en este mundo podrán escapar al juicio humano pero no al juicio divino.

En conclusión, «el hombre necesita a Dios, de lo contrario queda sin esperanza» (Spe Salvi, n. 23). Sólo Dios puede colmar totalmente todos nuestros anhelos y esperanzas.

¿Cuáles son mis esperanzas?, ¿a dónde tiende mi corazón? La estatura moral y espiritual del hombre se puede medir por aquello que espera (cf. Benedicto XVI, Ángelus, 28 de noviembre de 2010).

Por todo ello, debemos ser portadores de la Esperanza, vivir sin miedo a la oscuridad, predicar con el ejemplo diario y eliminar cualquier vestigio de incertidumbre, porque el Tiempo de la Esperanza LO ES SIEMPRE.

domingo, 22 de enero de 2012

ESTRENAR O RESTAURAR


Entendemos por restaurar el recuperar o recobrar, reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía, o bien en el caso de una obra de arte: reparar una pintura, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido, como consecuencia del uso, del paso del tiempo o de alguna situación extraordinaria por condiciones meteorológicas o por algún siniestro.

En cuanto a estrenar, supone el usar, mostrar o disponer por primera vez, alguna cosa, sea un bien tangible o una obra de arte, de teatro, cine, etc…

Estos dos términos son muy comunes en el ámbito de la terminología cofrade de nuestras Hermandades, y generan a día de hoy, un amplio debate interno, en el seno de cada una de ellas, y también externo, cuando el patrimonio o ajuar se exhibe en las calles, en estaciones de penitencia o salidas extraordinarias; o bien en museos o casas de hermandad.

Hay un primer punto de vista, que desde fuera considera que en una época de crisis económica como la que estamos viviendo, cualquier gasto extraordinario, ostentoso o desmedido, choca frontalmente con la austeridad que ha de presidir en las Hermandades, como en cualquier otro colectivo (empresas, familias, administraciones públicas, etc…). Otros sin embargo, entienden como un elemento mas de la labor evangelizadora de una cofradía en la calle, que cuanto mas vistosa luzca, mas se puede percibir su importancia en la sociedad.

A veces dicen que las cofradías gastan demasiado dinero en restaurar o estrenar, ¿cómo afrontar estas críticas?:

Por un lado es importante destacar la obligación que tiene una cofradía para con el mantenimiento de su patrimonio, ya que no dejan de tener en sus manos verdaderas obras de arte, y la sociedad en general, y el cofrade en particular, no admitiría un mal uso de sus bienes, o una deficiente conservación de los mismos, ya sea en su ubicación en los templos, en la composición de los altares de culto, en la manera de llevar cabo los traslados internos, la preparación de los pasos, la ubicación de las cosas hasta su utilización el año siguiente, etc...

Para aquellos que entienden como fundamental toda la actividad que llevan a cabo las Hermandades y Cofradías de su ciudad, a veces también se olvidan las partidas destinadas a obras sociales, y que de forma menos visible, contribuyen a paliar o solventar muchos problemas que nos rodean, y por ello sus bolsas de caridad cada vez son mas frecuentadas por personas o colectivos, que antes no lo precisaban.

Pero del mismo modo, no deja de ser importante la labor que una hermandad lleva a cabo, para contribuir a la conservación de profesiones artesanas que se hubieran perdido si no fuese por las cofradías: el bordado en oro, la talla, el dorado, la orfebrería, las cererías antiquísimas, el cultivo de flores, la elaboración de inciensos, etc…, son muchas las personas que trabajan al cabo del año para la Semana Santa y si las cofradías no estrenaran o no bordaran un manto, o si no se plantearan la recuperación o la conservación de su patrimonio, pues se tendrían que dedicar a otra cosa.

No obstante, no queda más remedio que apretarse el cinturón, también en este ámbito, y tratar de dar ejemplo, conservando el patrimonio existente, y dejando los estrenos para cuando la situación mejore. Es preferible, llevar a cabo de manera mas frecuente, labores de limpieza o conservación de nuestras imágenes y enseres, con pequeñas intervenciones bien en la policromía de las tallas, repasando o restableciendo bordados de mantos, sobremantos, toquillas, palios, etc…, antes que en el lucimiento de un estreno, que puede esperar a otros tiempos de mayor bonanza.

Es tiempo de pensar más en la obra social de la Hermandad, y menos en la estética de las cosas, salvo cuando no quede mas remedio para evitar una pérdida irreparable del patrimonio.

viernes, 20 de enero de 2012

¡¡¡ VIVA SAN SEBASTIÁN !!!


El 20 de enero celebramos en Don Benito, la onomástica de los Santos San Fabián y San Sebastián, mártires que dieron nombre a la primera Ermita de la ciudad y también al barrio mas alto. En él, se asentaron los primeros pobladores de la villa, huyendo de las crecidas del Guadiana, que inundaban el primitivo poblado de Don Llorente.

Se trata de uno de los pocos barrios de la ciudad, que conserva el encanto de lo antiguo, de las calles angostas y empinadas que lo caracterizan, de las casas bajas medias y enteras, que apenas dejan espacio para el "doblao". Las vistas desde la Iglesia de San Sebastián hacia el castillo de Medellín son impresionantes, sobre todo al atardecer, cuando el cielo se va tiñendo de un color anaranjado en el horizonte, dando paso a los últimos rayos de sol.

Hoy percibimos las mejoras que se han producido con la rehabilitación integral del barrio, tanto en el entorno de la propia Iglesia (escalinata principal y plaza adyacente) como en las calles que lo circundan, desde las zonas mas bajas que le preceden. Incluso tenemos una imagen en bronce del venerado Santo, en una de las plazas cercanas a la Iglesia. Todo ello nos congratula como amantes de Don Benito, aunque no siempre llueve a gusto de todos, quizás porque la modernización del barrio, no dejaba de ser necesaria, pero también se ha echado en falta un mayor afán de conservación de lo antiguo en la ornamentación de las calles, donde farolas y pivotes de las aceras chocan un poco con la idea original y el sabor de antaño.

Las Fiestas de San Sebastián, dotan al barrio y a la Parroquia y vecinos que las organizan de una seña de identidad única, que implica el pistoletazo de salida de la actividad devocional y lúdica de la ciudad. Tienen ya un poso importante en el barrio, y por todos son queridas y respetadas. ¿Quién no ha degustado un canutillo de crema o un pestiño por estas fechas?, o ¿quién no ha probado unas migas con chocolate o con aguardiente para mitigar el frío de las pelonas mañaneras? ¿y aquellas sueltas de vaquillas?. Todo se prepara con gran esmero, con un programa de actos variado, y dirigido al gusto de todas las edades, teniendo como colofón la procesión del Santo por las calles de su feligresía, al son de los pasodobles que con tanto acierto interpreta la Banda Municipal. ¡¡ Viva el folclore !!

Para los amantes de lo Cofrade, sin embargo, hay algo que chirría y nos hace pararnos a pensar, en la necesidad perentoria de que este Barrio, querido y respetado por todos, pudiera contar con algo mas que una procesión de gloria o una Archicofradía del Perpetuo Socorro. Hoy que por fin sabemos el origen de las cosas, nos gustaría ver al Cristo de la Misericordia en la calle, en Procesión o Vía Crucis, imagen impagable para la Semana Santa de Don Benito, por las difíciles calles de la zona, conformando una estampa única para la devoción y el recogimiento.

Nos acordamos también con añoranza de aquellas mañanas de Domingo de Ramos, con la misa en la explanada de la Iglesia, presidida por la imagen de La Borriquita venida desde el Barrio de San Juan y acompañada por niños vestidos de acólitos con ramos y palmas.

Si además nos planteamos dar un pasito mas, llegamos a la nueva Iglesia de la Piedad, en los Cuatro Caminos, adscrita a la Parroquia de San Sebastián. Allí nos encontramos con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud, cedida con cariño por la familia Dueñas, con el objetivo de crear en su día una cofradía en torno a ella; situación huérfana a día de hoy. La figura de un Nazareno en la nómina de hermandades de la Semana Santa local, se antoja necesaria, no solo por el misterio iconográfico que representa sino también por la necesidad del Barrio, de contar con una Hermandad o Cofradía que garantice la integración social de los mas desfavorecidos que allí viven; que sea un vehículo para catequizar y dar fe pública del sentir cristiano y además sirva para unir lo divino con lo humano. No hay pocas voluntades que estén por la labor, pero si son muchos los inconvenientes puestos hasta la fecha.

Desde este Blog animo a todos los interesados y responsables de dotar con una cofradía al Barrio, que no se cierren al diálogo, al afán de protagonismo, a vivir en la sombra amparados por la Diócesis, y que sumen sus fuerzas para sacarlo adelante. No olvidemos que las personas pasan, los cargos también; pero que las obras quedan, y no hay mejor obra que crear y ser Hermandad.

¡¡¡ Y QUE VIVA SAN SEBASTIÁN !!!

miércoles, 18 de enero de 2012

NAZARENO DAME CERA

Con esta entrada del Blog quiero inaugurar una serie de recomendaciones literarias sobre temática cofrade que no pueden faltar en la biblioteca de un buen forofo de la Semana Santa.

Os traigo aquí el libro “Nazareno, dame cera” (Ed. Jirones de Azul, año 2009), escrito por el periodista Carlos Navarro Antolín (Sevilla, 1974) es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla, con estudios en la Facultad de Derecho de la misma Universidad.

Como sinopsis del libro os indico lo siguiente:

La Semana Santa no deja indiferente a nadie. Todo el que ha vivido su infancia y juventud en Sevilla queda marcado por una celebración en la que confluyen las creencias, las emociones, las tradiciones familiares y, cómo no, la relación de cada uno con la propia ciudad. Este libro selecciona a 32 personajes cuyo perfil trasciende más allá del propio mundo de las hermandades. Recuerdan en primera persona sus primeros años de vida y su relación con la principal fiesta religiosa de la ciudad. Todos hablan tanto de las cofradías como de la Sevilla de entonces, tanto de la propia evolución de sus vidas como de la de la ciudad. En tantas horas de charla afloran mil y un recuerdos con los que el lector, a buen seguro, se identificará en uno u otro momento. 'Nazareno, dame cera' es un libro blanco sobre un mundo en sepia, un libro con vocación de continuidad, pues cada niño que vive hoy la Semana Santa a pie de calle está construyendo los nuevos relatos del mañana, un libro que va mucho más allá de una visión estrictamente cofradiera de los personajes.

Personajes que intervienen en el libro:

Enrique Becerra, Pablo Blanco, Francisco Borrás, José Rodríguez de la Borbolla, Pilar Burgos, Manuel Clavero, Javier Criado, Eduardo Dávila-Miura, José María Del Nido, Pablo Ferrand, María Galiana, Manuel García, Rogelio Gómez “Trifón”, Alfonso Guajardo-Fajardo, Carlos Infantes, Alfonso Jiménez, José León-Castro, José Antonio Maldonado, Francisco Márquez Villanueva, Jesús Martín Cartaya, Luis Miguel Martín Rubio, Ángeles Martínez Goyguro, Otto Moeckel, Joaquín Moeckel, José Núñez Naranjo, Camilo Olivares, Curro Romero, José Luís Sáez, Juan Sálas, Paz Vega, Enriqueta Vila, Jaime Ybarra.

Además de la propia nomenclatura del libro, es importante destacar el gesto que aparece en la foto que precede a esta entrada del Blog. El niño que va elaborando su pelota de cera, acumulando la que se va derritiendo de los cirios de distintas cofradías y de distintos colores, cada día de la Semana. Pequeño gesto que simboliza la semilla del cofrade que ha de venir, y que se va sembrando poco a poco, con ilusión, cariño, esmero y esperanza. Esas manos que hoy sostienen la bola, un día portarán con orgullo el cirio de su Hermandad, y lo inclinarán hacia abajo, para que otro niño componga su juguete.

lunes, 16 de enero de 2012

CRISIS......DE FE


Es los tiempos que corren donde la palabra “Crisis”, ha pasado a formar parte de nuestras vidas como inseparable compañero de camino, nos hemos acostumbrado a sufrirla tanto a nivel económico nacional e internacional, condicionando nuestra existencia por el daño que genera a nuestra estabilidad laboral, y por ende a nuestras relaciones personales y familiares, ya que la inseguridad que genera al estado de las cosas, hace que no podamos escaparnos de ella impidiendo llevar una vida sin sobresaltos.

Para la forma de ser del Cofrade, y del cristiano en general, una de las razones de ser o estar, se encuentra en una de las tres virtudes teologales: LA FE.

Se constituye como el pilar básico donde se asientan nuestras creencias y valores, y la imposibilidad en ocasiones, de resolver el resto de problemas que nos acechan a través de ella, hace que se tambaleen los cimientos que en otro momento se mostraron firmes, como el clavo ardiendo al que agarrarse y que nunca fallaba. Cuando ello sucede y nos asaltan las dudas sobre la fiabilidad de nuestras convicciones, podemos hablar de Crisis de Fe; que viene a acentuarse en el oscuro presente y dudoso futuro que estamos viviendo en la actualidad.


Crisis de fe es un término comúnmente aplicado a períodos de duda intensa y conflicto interno en las creencias preconcebidas, prejuicios y decisiones vitales.

Una crisis de fe puede ser un simple período de duda en el que la fe demanda una reconciliación o reevaluación antes de poder continuar creyendo en lo que se duda, o continuar en cualquiera que sea el camino de la vida que se cuestiona

El concepto de crisis de fe se aplica más comúnmente a creencias religiosas en las que la fe es un tema fundamental de muchas religiones y la gravedad de las decisiones religiosas se percibe como algo suficientemente importante como para condicionar decisiones vitales tales como un compañero de vida, un trabajo, unos amigos, etc.

La duda religiosa puede llevar a la ansiedad al que duda sobre un supuesto futuro eterno. Las personas que experimentan dudas religiosas o una reconversión total pueden sufrir si temen que el infierno exista, por ejemplo. También los amigos o familiares de los ateos pueden sufrir por el supuesto futuro eterno del amigo o familiar descreído.

Y ante el abandono de un Dios, la persona puede sufrir la nueva sensación de abandono y soledad, ya que no cuenta más con ese baluarte que era el sostén en diversos aspectos de su vida y de su existencia.

Por otro lado, ciertas creencias religiosas pueden conducir a la tristeza (ej.:vida en pecado, resignación, decisión divina, etc), razón por la cual la crisis de fe se convierte en la esperanza de un mejor y más sano disfrute psicológico de la existencia.

Atendiendo a las orientaciones que desde el punto de vista del apoyo psicológico a la cuestión, nos ofrece la web: www.psicoblog.com: la fe forma parte del orden espiritual de un ser humano, sin embargo, produce un efecto directo en otros ámbitos de la vida. También en el psicológico. Por ejemplo, para una persona que tiene unas profundas creencias religiosas, es importante saber que cuenta con la ayuda divina en los momentos de máxima dificultad, que existe un ser superior al que dirigirte para rezar, hablar o encontrarte a ti mismo.

Sin duda, al igual que existen crisis que se producen a nivel vital, también hay crisis a nivel religioso. Es humano dudar, especialmente, cuando hablamos de un conocimiento que remite a aquello que no se ve: la trascendencia y que además, se trata de ámbitos que rozan el plano del misterio: la vida después de la muerte o Dios.

¿Cómo afrontar y superar una crisis de fe?

En primer lugar, intenta vivirla sin culpabilidad, más bien, intenta comprenderte a ti mismo y relajarte en cierto sentido. Cuanto más te obsesiones con esa cuestión, cuantas más vueltas des a la cabeza al mismo tema entonces, más difícil será para ti, encontrar la calma. Puedes hablar de este tema con alguien con quien tengas mucha confianza y a la vez, sea alguien con la sensibilidad necesaria para entenderte.

Utiliza las fuentes de la literatura o de la bibliografía religiosa para buscar algún tema que pueda complementarte en tus inquietudes actuales. Está claro que a veces, en una crisis de fe te das cuenta de que buscas respuestas, por ello, es importante que te hagas las preguntas adecuadas y recurras a las fuentes necesarias. Sin duda, la filosofía es una fuente muy potente para reflexionar sobre la fe, el sentido de la vida y el arte de vivir en plenitud. En general, incluso las personas que se han formado en la religión, superan alguna crisis de fe en algún momento de su vida.

Por todo lo dicho, entiendo que la vida del Cofrade, el origen de sus acciones debe seguir descansando en la Fe, y creer de manera mas firme en lo que hace cuando las dudas quieran minar sus convicciones. Somos conscientes de lo difícil que puede resultar esta tarea, cuando cada vez somos menos los que creemos y tenemos en nuestra Fe, una vía para alcanzar nuestras metas, o cuando desde fuera, quieren limitar su exposición pública cercenando cualquier intento de crecer en ella. Este es el momento de demostrarnos a nosotros mismos, que la Fe….mueve montañas.

Que así sea.

sábado, 14 de enero de 2012

LA JUNTA DE COFRADÍAS

Podemos considerar a la Junta de Cofradías como el órgano superior que aglutina el conjunto de voluntades comunes de las Hermandades, Cofradías y Asociaciones Parroquiales en torno a la organización, promoción y funcionamiento de la Semana Santa de una ciudad.

Este órgano debe estar formado por una estructura similar a la Junta de una Hermandad o Cofradía, es decir: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Tesorero, Vocales y Consiliario (normalmente el de Párroco alguna de las parroquias de la ciudad). Desde el punto de vista de su personalidad jurídica civil y canónica tendría la misma consideración que aquéllas. Los cargos van rotando para dar representación a cada una de las cofradías y parroquias de su circunscripción.

El papel que juega en la confección de la Semana Santa es o debe ser fundamental. Tiene entre sus obligaciones el establecer los elementos básicos para el correcto funcionamiento de nuestra Semana mayor:

- Organización de la nómina de los días de la Semana Santa, procurando cuadrar horarios de paso e itinerarios de cada una de las Hermandades del día en cuestión.
- Elaborar el programa de mano o revista anunciadora de los actos que se programen de cara a la Semana Santa.
- Organizar la Procesión Magna que se pueda llevar a cabo cada cierto tiempo (entre 5 y 10 años).
- En algunas ciudades la Junta de Cofradías suele encargarse de llevar a cabo la Procesión del Santo Entierro, la tarde del Viernes Santo.
- Velar por la correcta distribución de fondos o subvenciones con los que el Ayuntamiento dote a las Hermandades y Cofradías.
- Elección del Pregonero de la Semana Santa, y en su caso del Cartel anunciador de la misma.
- Desarrollar el Vía Crucis interparroquial que se lleva a cabo en tiempo de Cuaresma.
- Organización de la Carrera Oficial, o tramo de paso obligado de las distintas Hermandades, de común acuerdo con el gobierno local.
- Organización del Programa de Actos de la Semana Santa tales como Conciertos de Música Sacra, Concursos Fotográficos sobre temática cofrade, Concursos literarios o pictóricos, Conferencias, exaltación de la Saeta, etc…
- Procurar la formación Cofrade de acuerdo con las indicaciones de la Diócesis.
- Coordinar la relación de las Hermandades y Cofradías con sus sedes parroquiales, mediando en los conflictos que puedan surgir bien entre ellas o bien entre los cofrades.
- Estudiar la creación e incorporación de nuevas Hermandades a la nómina de la Semana Santa, fomentando su inserción progresiva.

Como podemos observar la mayoría de estos parámetros se centran en la época de Cuaresma o bien en la propia Semana Santa, pero no debemos olvidar que para la vida del Cofrade, la actividad no debe ceñirse a estos 50 días aproximadamente, o al período que va de miércoles de ceniza a Domingo de Resurrección. Del mismo modo la actividad de la Junta de Cofradías no puede ser estática o limitada a este período, sino que hay una labor muy importante por hacer con vistas no solo a la semana de pasión, sino también a la actividad conjunta de las hermandades y cofradías el resto del año.

En este caso echamos de menos, una acción social más visible en obras de caridad, fomentando la bolsa de cada hermandad o participando en organizaciones no gubernamentales ya creadas, Cáritas, Unicef, etc...; una acción formativa permanente organizando Cursos para los cofrades y sus cofradías, no de manera esporádica sino reglada y atractiva, de manera coordinada con las Parroquias de la ciudad; una acción formativa dirigida también a los mas pequeños, que bien en los colegios o en las catequesis de preparación a la Comunión o a la Confirmación, puedan conocer y querer a la Semana Santa de su ciudad, sus titulares, el estudio del patrimonio, etc…; una actividad cultural dirigida a exponer material cofrade en Museos o Casas de Cultura locales, ya sea de fotografías antiguas, elementos del ajuar de las hermandades de la ciudad, hábitos de nazareno, etc...

Estas acciones en una ciudad como Don Benito, donde nos consta que el sentimiento cofrade no tiene todavía un gran número de seguidores, servirían para poner en alza a la Semana Santa local, y servirían también para que el Ayuntamiento pusiera el acento en una materia vital para una parte de sus vecinos, que mas o menos practicantes en las cuestiones eclesiales, ven en la semana de pasión, un momento para justificar sus inclinaciones hacia la devoción, la cultura expresada a través del arte, la música, el contacto con los cinco sentidos de la vista, el olfato, el tacto, el gusto o el oído. Sensaciones que sirven a los que vienen de fuera, al turista, para llegar a la ciudad buscando algo nuevo que vivir.

En definitiva una buena organización de la Junta de Cofradías, y una buena gestión extendida mas allá del tiempo clave de cuaresma y semana santa, constituiría un punto de inflexión apropiado para el crecimiento en valores y para la dignificación de nuestra vida cofrade.

jueves, 12 de enero de 2012

SEMANA SANTA: SEÑA DE IDENTIDAD DE UN PUEBLO


La Semana Santa puede considerarse como la manifestación pública de la fe de un pueblo. En ella se combinan factores de todo tipo: culturales, artísticos, históricos, musicales, antropológicos, sociales, ... que no tienen razón de ser sin la celebración de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Todo este mundo gira en torno a las hermandades y cofradías , asociaciones de fieles que, aunque parecidas entre ellas, cada una de ellas responde a unos orígenes y una personalidad completamente diferente. Hay hermandades con siglos de historia que se fundaron para responder a necesidades sociales de barrios o de gremios. Otras se fundaron sobre la devoción de imágenes o por la necesidad de un templo cuente con una parroquia.

Del mismo modo que las señas de identidad de nuestras ciudades y pueblos, se acomodan en otros factores alejados del aspecto religioso o devocional, y por todos es comprendido y respetado, hay algo en las manifestaciones de fe públicas, en la calle, que hacen que los barrios, calles y plazas se conviertan en el escenario ideal para la celebración de esa catequesis que hace una hermandad desarrollando su estación de penitencia.

¿Dónde empieza lo lúdico y acaba lo artístico?, ¿cuál es el límite entre el reclamo turístico y la devoción desmedida?, ¿qué aporta a la cultura de un pueblo sus manifestaciones religiosas?, ¿está reñida la aconfesionalidad de las instituciones con el respeto a las tradiciones cristianas?, ¿cómo deben tratar las Autoridades Públicas a la Semana Santa de su ciudad?, etc… Preguntas como estas, nos asaltan constantemente a los cofrades cuando observamos que la ciudad donde resides, donde has nacido o a donde acudes en períodos vacacionales, no trata con la debida consideración a nuestra Semana de pasión. Quizás en otra entrada se pueda cuestionar de quien es la verdadera responsabilidad del lugar que el Ayuntamiento de Don Benito ha concedido a este tema, de importancia vital para los cofrades y de menor importancia para los que no creen o no tienen la necesidad de practicar su fe de manera pública, pero sí de forma privada.

A la responsabilidad que un Ayuntamiento, como autoridad civil, pueda tener en la materia, también hay que sumar la de los propios cofrades con sus ansias de protagonismo o de poder; la de las Juntas de Cofradías que han tenido en sus manos la oportunidad de dotar de mayor protagonismo a la Semana Santa en su ciudad; la de las Parroquias o Iglesias que albergan en su interior Cofradías o Hermandades a las que desatienden, o imágenes sin cofradías, con posibilidad de que se les rinda culto a través de una hermandad, y que por la “intolerancia” del Párroco correspondiente, o por el criterio particular mas o menos pasajero, limita la posibilidad de que un grupo de fieles pueda sacar adelante un proyecto de cofradía.

Es decir, los cofrades somos conscientes de la importancia que tiene para el devenir de una ciudad, la preparación de esa Semana mágica, donde todo se cumple como estaba escrito; creemos en la necesidad de que Don Benito tome conciencia de la importancia que tiene como seña de identidad o rasgo que defina a la ciudad, el dar su sitio a la Semana Santa, del mismo modo que se le da a otros aspectos que hacen único a nuestro pueblo: la Velá; las Fiestas de Barrio; los pestiños y las empanadillas de calabaza; la Feria y Fiestas; la Cabalgata de Reyes; los Conciertos en la nueva Plaza de Toros; el Centro Comercial Abierto; el Centro de Ocio las Cumbres; la ruta del Aperitivo; los Caramanchos; Feval; el Museo Etnográfico; el Parque Grande y el de las Albercas; la Casa de la Cultura; el Premio literario Francisco Valdés; la Finca Doña Blanca; el Teatro Imperial con sus actuaciones de teatro, musicales o conciertos; la Peña Flamenca; el Patronato Municipal de Deportes y la Ciudad Deportiva; la Coral; el Conservatorio; la Banda Municipal; la Asociación Achikitú; Rodetacón Teatro, etc….Todos ellos son importantes para las Concejalías de Festejos, Deporte, Cultura y Turismo, fomentando su expansión y reconocimiento, e incluso financiando sus actividades, como parte vital de la "marca" Don Benito.

Es por ello, que para dignificar a la Semana Santa, hay que considerarla como una parte mas de la idiosincrasia de la ciudad; mas si cabe, cuando en nuestra ciudad tenemos verdaderas obras de arte a las que prestar atención, como cuando nos ponemos ante un cuadro de Goya o Velázquez, como cuando volvemos al Quijote, a deleitarnos con la pluma de Miguel de Cervantes, o bien cuando volvemos la vista atrás y recorremos las Salas del Museo Etnográfico, asombrados por el patrimonio acumulado; o como cuando nos parece atractivo contemplar una obra de Rafael Moneo (Casa de Cultura de Don Benito).

Para un amante de la Semana Santa, contar entre los titulares de nuestras Hermandades y Cofradías, con un crucificado de Castillo Lastrucci, con una dolorosa de Sebastián Santos; ambas en la Parroquia de Santiago, o con una Virgen de la Soledad de Antonio Bernal, de la escuela cordobesa, etc… no son palabras menores, todo lo contrario, hay que pararse a pensar delante de las imágenes, y que cada uno reflexione sobre lo que le sugieren estas maravillosas tallas surgidas de la mano del hombre. Para unos será la oración, para otros la admiración o la contemplación de una escultura y para otros, nada, siendo también respetable.

Cuando le otorgamos su sitio a la Semana Santa, estamos poniendo el acento a un reclamo turístico para personas que se mueven por interés cultural, o para otras que por mera curiosidad se dejan embaucar por el sonido de una marcha en la calle; por el aroma de los claveles de un paso de palio, mecido al son de sus varales; o por la contemplación de una chicotá bien ejecutada por los costaleros, a la orden de su capataz, mientras nos embriaga el incienso que lo cubre todo; o por el desgarro de una saeta bajo la única luz de la luna, lanzada desde un balcón que da paso a una lágrima derramada por las mejillas, mientras un hondo suspiro nos da el aliento necesario para avanzar en la noche....


En fin, dejaré para otra entrada del Blog, lo que yo pienso que se podría hacer para que Don Benito viva como se merece su Semana Santa. De momento, el primer paso que hay que exigir a nuestro Excelentísimo Ayuntamiento, es poner un enlace en su web, en el apartado de Turismo, a la página matriz de este blog, que tanto hace por y para nuestra semana de pasión:

http://www.donbenitocofrade.com/

Esperemos que desde el respeto a todas las creencias o a la falta de ellas, así sea.

martes, 10 de enero de 2012

DE LOS DIFERENTES TIPOS DE COFRADÍAS DE SEMANA SANTA

Dedicamos esta última entrada a los diferentes tipos de Cofradías de Semana Santa o de Penitencia, con el fin de que el lector se sitúe en el origen de las cosas, y pueda descubrir el porqué de las mismas.

Dentro de las más auténticas o comunes cofradías de Semana Santa podemos distinguir diferentes tipos:

- 1.- Las cofradías del Crucificado. Distinguimos dentro de este apartado, como un grupo primero cronológicamente y muy amplio, a las cofradías de la Vera Cruz.

- No tenemos, al presente, duda alguna de que las cofradías de la Santa Vera Cruz, influenciadas, contagiadas y unidas a las de la Sangre de Cristo, son las primeras auténticas cofradías de Semana Santa o de Pasión, ya definidas. Creemos que las cofradías de la Vera Cruz y las cofradías de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y sus respectivos crucificados o son las mismas o arrancan de un tronco común. Nacieron en la segunda mitad o finales del siglo XV y se extendieron por toda Andalucía y por toda España después de la famosa carta del doctor Ortiz con el vivae vocis oraculo del Papa Paulo 111 a la Cofradía de la Vera Cruz de Toledo de 1536. Realizaban su estación de penitencia en la noche del Jueves al Viernes Santo. No llevaban más que un Crucificado pequeño que era portado a mano, al que con posterioridad se añadió una imagen de Nuestra Señora de los Dolores sobre unas parihuelas. Sus cofrades eran de luz y de sangre, los que se autoflagelaban durante la estación de penitencia. No llevaban ningún adorno o música, más que un tambor destemplado o una trompeta que "tocase de dolor". 

- Así han perdurado las cofradías de la Santa Vera Cruz, y si han dejado de salir el Jueves Santo por la noche, practicar la disciplina o han incluido algún ornato, se debe al cambio y evolución de los tiempos. La mayoría de las cofradías de la Vera Cruz de los pueblos poseía su capilla propia en las afueras del lugar. Algunas de ellas tuvieron, al menos durante el siglo XVI, hospital propio. Creemos que estas cofradías de la Vera Cruz, fundadas en el siglo XVI, eran, si no ricas, al menos riquillas, por lo que la desamortización les afectó mucho más que a aquéllas que habían vivido siempre y exclusivamente de la limosna. De todos modos, desde el siglo XVIII en adelante apenas si se han vuelto a fundar nuevas cofradías de la Vera Cruz. En algunos casos se ha intentado resucitar la vieja cofradía de la Vera Cruz, fundada en el siglo XVI y presente en la mayoría de los pueblos. En algunos pueblos al no existir más que una cofradía de crucificado y ser ésta la de la Vera Cruz, este crucificado podía salir en procesión el Jueves y el Viernes Santo por la tarde y en esta segunda ocasión practicar con este crucificado la ceremonia del descendimiento.

- El resto de las cofradías de crucificados han sido fundadas por diferentes causas. Muchas procesionan el Viernes Santo, algunas por la mañana y la mayoría por la tarde. El Viernes Santo por la tarde tenía lugar la ceremonia del descendimiento. Mientras que un sacerdote predicaba un sermón, con el cual dirigía la ceremonia, se desclavaba y descendía de la cruz una imagen de Cristo con los brazos articulados, que se depositaba en el sepulcro. Hoy esta ceremonia aún permanece en algunas ciudades y pueblos.

- La confección de crucificados durante el siglo XVI fue tan grande que algunas cofradías de crucificados fundadas en los siglos XIX y XX han podido tomar un crucificado del siglo XVI.

- En la ciudad de Sevilla, ya desde el siglo XVI, procesionaron las cofradías el Domingo de Ramos, el Miércoles, el Jueves y el Viernes Santo. En el siglo XIX se inventó el Martes Santo y en el siglo XX el Lunes Santo y el Sábado Santo. Algo semejante ha ocurrido en otras ciudades hispanas. En los pueblos hasta nuestros días no hubo procesiones más que el Jueves y Viernes Santo, solamente en los últimos 50 años han aparecido o se han trasladado al resto de los días de Semana Santa por imitación de las ciudades.

- Las cofradías de crucificados surgen con toda fuerza en el siglo XVI, se mantienen sus fundaciones, pero muy decaídas, durante los siglos XVII, XVIII y XIX, y vuelven a resurgir con mucho ímpetu en el siglo XX, con posterioridad a la Guerra Civil.

- 2.- Las cofradías de Jesús Nazareno o Jesús llevando su cruz a cuestas. Existe un hecho sobre el que queremos llamar la atención en primer lugar: la existencia de unas cofradías de la Cruz unidas a la imagen y cofradías de Jesús Nazareno, las cofradías de la Santa Cruz de Jerusalén. La mayoría de estas cofradías dan culto a una imagen de Jesús llevando su cruz a cuestas, algunas han recibido en determinados lugares algunas advocaciones propias, como es el caso de las cofradías del Gran Poder en la ciudad de Sevilla y algunos de sus pueblos. Existe otro grupo, pequeño, cuya advocación e imagen son las diferentes caídas de Jesús bajo el peso de la cruz. Queremos destacar dentro de este grupo la evolución que sufrió una cofradía de Jesús caído de la ciudad de Osuna. En ella existía, desde el siglo XVII o XVIII una cofradía de nuestro Padre Jesús Caído, cuya imagen representaba el momento en que Cristo, tras ser azotado, era desatado de la columna y caía junto a ella. En la Semana Santa de 1963 se varió -no sin polémica interna- la iconografía del paso de misterio y desde entonces Jesús aparece en una de las caídas con la Cruz a cuestas en la calle de la Amargura.

Las cofradías de Jesús Nazareno son, también, del siglo XVI, el siglo de la explosión de cofradías de Semana Santa, aunque no llegan a un tercio de las cofradías de crucificados. Sin embargo, en los siglos XVII y XVIII las cofradías del Nazareno toman un auge, se desarrollan y se fundan en mayor número que las cofradías del crucificado. El siglo XIX es crítico para todas las cofradías. En el siglo XX, después de 1936, resurgen y se fundan casi tantas como en el siglo XVI.

- Las cofradías del Nazareno en sus orígenes procesionaban en la madrugada del Viernes Santo, procediéndose al encuentro entre las imágenes del Nazareno y de María, su madre, con otros acontecimientos ocurridos en la calle de la Amargura y teniendo lugar un famoso sermón cantado y escenificado. 

- Tras los pregones se rememoraban los hechos que acontecieron en la calle de la Amargura: San Juan corriendo buscaba a María para llevarla ante su Hijo, quien tras darle las espaldas para que ésta no sufriera, comenzaba a andar simulando las Tres Caídas. Tras las caídas aparecía la mujer Verónica para limpiar el rostro a Jesús que, posteriormente, lo mostraba al público asistente. Finalizaba la ceremonia con la bendición de Nuestro Padre Jesús a todos cuantos se congregaban en la procesión.

- En algunos lugares la misma imagen del Nazareno sale en procesión en dos ocasiones: una en la tarde del Jueves Santo, sin la cruz y con las manos atadas, como Jesús Cautivo, y otra en la mañana del Viernes Santo con la Cruz a cuestas.

- 2.- La Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén. Esta cofradía que se fundó, también, en el siglo XVI, se encuentra hoy presente en muchas ciudades y pueblos.

- 3.- La Oración de Jesús en el Huerto. Se fundó esta cofradía en la ciudad de Sevilla en 1560. En la actualidad está presente en algunas otras ciudades y pueblos.

- 4.- Jesús Cautivo. Es un tipo de cofradía de fundación reciente. En 1956 se fundó la cofradía en la ciudad de Sevilla. En la actualidad existe en otras ciudades y pueblos. En algunos lugares, la imagen del Nazareno procesiona sin la Cruz y con las manos atadas como Jesús Cautivo.

- Constituimos un grupo con un conjunto de cofradías que giran, más o menos, en torno al mismo misterio:

- Sagrada Columna y Azotes. Se fundó en la ciudad Sevilla en 1563, hoy existe en otras ciudades y pueblos.

- La Coronación de Espinas, Cristo de la Sentencia, Ecce Horno o Jesús presentado al pueblo. Quizás la primera sea la de Sevilla (Macarena 1590), a la que han seguido otras muchas en la misma Sevilla y en diferentes ciudades y pueblos.

Cristo de la Humildad y Paciencia. Se trata de Jesús sentado en un banco después de haber sido flagelado. Se fundó la primera en Sevilla (Estrella siglo XVII) después ha aparecido en diferentes ciudades y pueblos.

- Santo Entierro. Las primeras cofradías de este tipo se fundaron en el siglo XVI junto con la ceremonia del descendimiento del cuerpo muerto de Jesús de la cruz que ya se practicaba en la catedral de León a mediados del siglo XV. Está muy extendida por toda España.

- Nuestra Señora de los Dolores. Nos referimos a cofradías autónomas de María, no a imágenes que acompañan a otra de Cristo. Se presenta bajo diferentes advocaciones, la más común es la de Nuestra Señora de los Dolores, pero también de las Angustias, de la Quinta Angustia, de las espadas, del Traspaso, del Mayor Dolor y Traspaso, de la Piedad. Es muy frecuente en toda España.

- Nuestra Señora de la Soledad. Es también muy común. Existe una cofradía con cierta difusión que dudamos si unirla al grupo de Nuestra Señora de los Dolores o de la Soledad, es la cofradía de los servitas, fundada en Italia por los siete nobles florentinos en 1233, pero difundida en Castilla a partir de 1567, cuando se fundó en Madrid.

- Resucitado. En Castilla pensamos que tiene una antigüedad y una raigambre mucho mayor. Existe la cofradía y se celebra la fiesta y la procesión "del encuentro" con entusiasmo y aparato en las ciudades y en los pueblos. En Andalucía hemos de confesar que es una fiesta y una cofradía olvidada. Sólo después del Sínodo de Sevilla de 1972 se ha intentado introducir en la ciudad y los pueblos, seamos sinceros, con poca respuesta por parte del pueblo.

- En algunas ciudades y pueblos las cofradías de Semana Santa de los días Jueves Santo por la tarde, Viernes Santo por la mañana y por la tarde reúnen, en una sola cofradía, todos los "pasos" que rememoran los hechos que ocurrieron en esas horas. En algunas ciudades se celebra una procesión magna o completa el Viernes Santo por la tarde.

lunes, 9 de enero de 2012

LAS COFRADÍAS DE SEMANA SANTA O DE PASIÓN

Como complemento de lo que venimos estudiando en los últimos días, y para avanzar es estos aspectos de la formación cofrade, podemos hablar de varios grupos de antecedentes, según la exposición que venimos reproduciendo del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla:

-1.- El Contexto teológico y devocional.
Como ya hemos afirmado en estas mismas líneas las cofradías de Semana Santa no nacen como flores exóticas y por generación espontánea, sino que necesitaron de un clima teológico y devocional propicio. ¿Cuál fue éste?

También ya hemos dicho que en la historia de la contemplación y devoción de la persona de Jesús podemos trazar como una raya que la corta a comienzos del siglo XIII. Con anterioridad la especulación teológica, la contemplación, la devoción se fijó más (sin negar la humanidad de Jesús) en la divinidad. En cambio a partir de comienzos del siglo XIII y, en concreto, a partir de san Francisco de Asís (1182-1226), se origina un nuevo camino: el de la especulación, de la contemplación y de la devoción (sin negar para nada su divinidad) de la humanidad de Jesús. La humanidad de Jesús completa, desde su nacimiento de una mujer hasta su Pasión y Muerte sobre una Cruz. Su humanidad completa igual y semejante a la nuestra en todo menos en el pecado (San Pablo Hech 2,17-18; 4,15). Su humanidad, por lo tanto, que nace, crece y se desarrolla, que tiene necesidades que ha de satisfacer y que sufre, puede sufrir el dolor, y muere.

Este hecho será el que permitirá que, a partir de san Francisco y su influencia, y a lo largo de los siglos XIV y XV, se llegue a contemplar de una manera especial por teólogos, contemplativos y místicos y, bajo su influencia, por el pueblo fiel la Pasión y Muerte dolorosa, acerba, dolorosísima de Jesús. Se estudian y se contemplan, por todas las escuelas religiosas y místicas: franciscanos, dominicos, agustinos, cartujos, la llamada "devoción moderna", los dolores morales, espirituales, internos y los materiales y externos de la Pasión de Jesús: La afrenta moral, el abandono de los suyos, de sus amigos, de sus apóstoles, de sus íntimos, los puñetazos, los escupitajos, las bofetadas, los golpes y empellones, los latigazos, la coronación de espinas, la condena por los tribunales y las masas, las caídas a lo largo de toda la Pasión y durante el caminar hacia el Calvario, la desnudez, la crucifixión, la exaltación de la cruz, la agonía de Jesús crucificado en lo alto de una cruz, desnudo, abandonado de los suyos e improperiado por sus adversarios, la muerte, la lanzada, la entrega del cuerpo, la conducción al sepulcro y el entierro. Toda la Pasión y Muerte y todo pormenorizadarnente. No es ya extraño que dentro de este contexto, que se alarga durante los siglos XIV y XV, pudieran formarse asociaciones que se dedicasen exclusivamente a la contemplación de la Pasión y Muerte de Jesús.

Algunos elementos o algunos motivos fueron objeto de mayor contemplación y devoción:

- La Cruz. La Verdadera Cruz de Jesús que Santa Elena hallaría en Jerusalén hacia el 335. La Cruz sola y verdadera, gloriosa y triunfante donde Cristo había vencido y nos había redimido, cuya fiesta se celebraba en tiempo de Pascua de Resurrección, el tres de mayo. Sólo a finales del siglo XV se va a producir un cambio, y de Cruz gloriosa y victoriosa va a pasar ser considerada como Cruz suplicio donde Cristo ha muerto invitándonos a cada uno a llevar nuestra cruz, a sacrificarnos, a mortificarnos.

- La Sangre, la Preciosa Sangre de Cristo. Junto a la Cruz, creemos que fue la Sangre de Cristo otro de los grandes motivos de devoción durante los siglos bajomedievales. Devoción a la Sangre de Cristo ya afirmada en el Nuevo Testamento: "Bebed todos, que ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que se derrama por todos para el perdón de los pecados" (Mt 26,28) lo que se repite en otros textos similares como 1 Cor 11,25; Ef 1,4; Col 1,15; Heb 9,14. Pero, especialmente, el texto de Jn 19,32-34: "Fueron los soldados y le quebraron las piernas primero a un crucificado y luego al otro; pero al llegar a Jesús viendo que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, en cambio, un soldado le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua". Nos hallamos ante un milagro que revela, al mismo tiempo, la realidad del sacrificio y la divinidad de Jesús.

La exégesis llamó pronto la importancia de este pasaje confiriéndole una interpretación sacramental, interpretando la salida de la sangre como símbolo de la Eucaristía y la del agua como símbolo del Bautismo.

Para que no hubiera duda sobre el valor de la sangre y agua se asocia el suceso de Longinos (la lanzada) al del soldado, normalmente denominado Estéfaton, quien, antes de morir Jesús, cogió una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, se la dio a beber a Jesús (Mt 27,48-49). Una versión reformada del Evangelio de san Mateo, parece que procedente de Irlanda, interpoló el episodio de la lanzada (narrado por san Juan) entre el episodio del vinagre y la muerte de Jesús narradas por san Mateo (Mt 27, 49-50). Se quiere mantener así la significación sacramental que los Padres de la Iglesia conceden al episodio de la lanzada y tenía por resultado demostrar que Cristo continuaba estando vivo aún después de muerto, en la medida que la salida de sangre y agua manifiesta su fuerza vital.

El verdadero paso hacia la contemplación de la Sangre de Cristo, como de toda su humanidad se produce desde san Francisco de Asís en adelante, a lo largo de los siglos XIV y XV.

viernes, 6 de enero de 2012

DE LAS HERMANDADES Y COFRADIAS

Estimados Cofrades:

Avanzando en el desglose de la terminilogía cofrade, y situando la cuestión, hoy voy a dedicar la entrada a explicar el significado de Hermandad y Cofradía; dos términos a priori destinados a designar lo mismo, pero la realidad nos aporta una serie de diferencias.

Según estudios que aportamos aqui procedente del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Sevilla (madre y maestra de nuestras semanas de pasión), etimológicamente significan lo mismo: hermandad viene de germanus (hermano carnal) y cofradía viene de cum fratre (con el hermano). Pero una distinción se puede establecer, se ha establecido de hecho en Andalucía, y establecía ya el Código de Derecho Canónico, promulgado en 1917 cc. 700-725, no el actual que las define en el canon 298. "Las asociaciones de fieles, (decía aquel Código de Derecho Canónico, c. 707. l.) que han sido erigidas para ejercer alguna obra de piedad o de caridad, se denominan pías uniones; las cuales, si están constituidas a modo de cuerpo orgánico, se llaman hermandades". Canon 707.2. "Y las hermandades que han sido erigidas además para el incremento del culto público, reciben el nombre particular de cofradías". Nosotros, para no ser repetitivos, utilizaremos solamente un término, el de cofradía, que nos parece históricamente más justo, aunque lo entendemos comprendiendo el doble significado de hermandad y cofradía y nunca reducido a simbolizar, exclusivamente, actos de culto.

- Hablamos de cofradías cristianas o, más concretamente, de cofradías católicas, es decir, de asociaciones de clérigos y laicos, o sólo de clérigos, o sólo de laicos, hombres y/o mujeres, dentro de la Iglesia Católica, no de las asociaciones que hayan creado otras iglesias cristianas, otras religiones, los poderes políticos o los poderes económicos.

- Estas cofradías cristianas han existido siempre en el cristianismo. No nacen en el siglo XIII o en el XV, ni terminan en el siglo XV o en el XIX, nacen con Jesús y sus apóstoles y discípulos, o con María y los apóstoles reunidos en el cenáculo después de la muerte y resurrección de Jesús, y llegan hasta hoy.

- Pero estas cofradías son muchas y diferentes, no una sola, y todas, en general, y cada una en su concreción particular han evolucionado con el paso del tiempo. Queremos decir, para llamar la atención sobre el hecho más en alza, que no sólo han existido y existen cofradías de Semana Santa o de Pasión, éstas son más bien tardías, de finales del siglo XV o del siglo XVI, sino que las cofradías han sido de muchas clases, fines o tipos, y cada una ha evolucionado de manera distinta.

- Las cofradías tienen una apoyatura humana, natural, sicológica, precristiana: existe en el hombre una tendencia natural a asociarse, a realizarse en y a través de la comunidad, y, más aún, hay una necesidad de asociarse, si lo que se persigue es algo individualmente imposible o muy difícil de conseguir o si se persigue la fuerza, bien para defenderse o para atacar. Un gran conjunto de afirmaciones populares nos lo confirman: cuatro pueden más que dos, cuatro ojos ven más que dos, la unión hace la fuerza, etc.

- Las cofradías son y han sido a lo largo de toda su historia las instituciones eclesiásticas más auténticamente laicales y de laicos. En ellas los laicos, desde los siglos medievales, no solamente han tenido la obligación de callar y pagar, sino que han actuado como Iglesia o como Pueblo de Dios. Queremos, en este sentido, incorporar una cita de André Vauchez, relativamente reciente. Valorando este autor la obra de investigación y las publicaciones del P. Gilles Gerard Meersseman, afirma: "En effet, Delaruelle et Meersseman, ont operé sur la plan historique la méme "revolution copernicienne" qu'avait effectuée a l'époque sur le plan théologique un pére Congar par exemple, c'est-a-dire la redécouverte de l'Eglise comme peuple de Dieu, et non pas sculement comme organisme hiérarchique structuré. Cette intuition devait déboucher sur une prise de conscience de la place et du rôle des laïcs dans l'Eglise et dans son histoire, et je pense que ce n'est pas un hasard si le Dossier de I'ordre de la penitence au XIlle siécle, qui est 1'oeuvre majeure, a mon avis, du pére Meersseman, a suivi de peu la publication des Jalons pour une théologie du laïcat. Ce qui me frappait le plus á la époque dans les travaux de pére Meersseman, c'était d'abord la nouveauté de la matiére. Un monde inconnu accédait, gráce a lui, á notre connaissance, ce monde des pénitens laics et des confréries de dévotion sur lequel on ne disposait guère jusque-lá de travaux valables. Toute une partie insoupçonnée de notre histoire remontait ainsi á la surface".

- Es hora ya de preguntarnos: ¿qué son o qué han sido las cofradías? Una primera respuesta se nos antoja que debe ser la que da el actual Código de Derecho Canónico en el canon 298. "Existen, afirma, en la Iglesia asociaciones ... en las que los fieles, clérigos o laicos, o clérigos junto con laicos, trabajando unidos, buscan fomentar una vida más perfecta, promover el culto público o la doctrina cristiana, o realizar otras actividades de apostolado, a saber, iniciativas para la evangelización, el ejercicio de obras de piedad o de caridad y la animación con espíritu cristiano del orden temporal Definición que completa en otros cánones, como cuando afirma en el canon 305: "Todas las asociaciones de fieles están bajo la vigilancia de la autoridad eclesiástica competente".

Ésta es una definición dada por la Jerarquía Eclesiástica actual, verdaderamente muy amplia. Pero desde una perspectiva histórica ¿cómo definiríamos a las cofradías? No tenemos que cambiar mucho la definición dada por el Código de Derecho Canónico actual: "Son asociaciones de fieles cristianos, laicos (hombres y mujeres) y clérigos o laicos solos y clérigos solos que se han unido para fines cristianos muy diversos, de donde se deduce la diversidad de las cofradías, de los que señalaríamos como más comunes: el culto en sus múltiples manifestaciones, las muchas y diversas obras benéfico- asistenciales, el entierro y sufragio por los difuntos y la penitencia de los cofrades, que se establecieron sin la aprobación de la autoridad eclesiástica, con la necesaria y exigida aprobación de la autoridad eclesiástica (del siglo XVI en adelante), o con la necesaria y exigida aprobación de la autoridad real o de la Cámara de Castilla (segunda mitad del siglo XVIII)".

La diversidad de estas cofradías procede de sus diferentes fines, señalaremos algunos:

- la devoción, el culto (cofradías cultuales), el culto a los santos, las más antiguas y más numerosas en la Época Medieval (siglos XI, XII y XIII y que han continuado), el culto a María, constantes estas cofradías desde el siglo XII en adelante, el culto a Cristo, propio de la Baja Edad Media, siglos XIV y XV, en adelante, especialmente desde que aparecen las cofradías de Semana Santa o de Pasión a finales del siglo XV o a lo largo del siglo XVI, las cofradías del Cuerpo de Cristo o del Cuerpo de Dios en los siglos XIV y XV y las cofradías Sacramentales desde 1516, las cofradías del Sagrado Corazón de Jesús del siglo XVIII, etc., etc.,, el culto al Espíritu Santo y a La Santísima Trinidad, pocas e intercaladas a lo largo de los siglos, el culto a las Ánimas Benditas del Purgatorio que, al menos en Andalucía, son del siglo XVI en adelante;

- el entierro de los difuntos, han existido cofradías parroquiales y no parroquiales fundadas con este único fin (cofradías de la Caridad o de la Santa Caridad en Andalucía) y todas las cofradías han incluido como uno de sus fines asistenciales la atención a los enfermos cofrades y el entierro de los cofrades difuntos, de sus familiares o de las personas que murieran en sus casas;

- la atención de un hospital (cofradías hospitalarias), bien que la cofradía se determina a fundar y atender un hospital (general o para una enfermedad determinada: los lazaretos), un asilo, bien que existiera un hospital y para su mejor atención se fundó una cofradía;

- las acciones benéfico- asistenciales. Todas las cofradías o casi todas han incluido entre sus fines los benéfico-asistenciales, que han sido diversos conforme a las posibilidades económicas de las cofradías y conforme a las necesidades de los tiempos: en los siglos XII y XIII se atendía en el trabajo a los cofrades enfermos, se remediaba a las viudas; a finales del siglo XV y durante el siglo XVI la mayoría de las cofradías incluyeron entre sus fines: la dotación de doncellas para el matrimonio o la vida religiosa (alguna se fundó con este único fin), la redención de los cautivos, la recogida de trigo para poder donarlo en tiempos de escasez, la atención a los presos, etc., durante el siglo XIX en que las cofradías languidecieron no pudieron mantener acción benéfico- asistencial alguna; a partir de los años setenta vuelve la acción benéfico-asistencial; ignoro en qué medida Caritas es o no es una cofradía actual o las ONG cristianas son manifestaciones de cofradías actuales, una y otras intentan cumplir lo que ciertas cofradías de hasta 1950 realizaron;

- La difusión de la doctrina cristiana: cofradías de conversos, cofradías de la doctrina cristiana.,

- La construcción: de la iglesia catedral, de otras iglesias y centros nacionales, de puentes y caminos como los del Camino de Santiago, etc.

- La defensa de una agrupación o de un oficio humano, podemos enumerar:

-a) agrupación de personas de una misma etnia: cofradías de negros, negritos, morenos o mulatos (en Andalucía).
-b) agrupación de personas de una misma región: los aragoneses bajo la Virgen de Pilar, los catalanes bajo la Virgen de Montserrat (en Sevilla).
-c) agrupación de personas del mismo grupo social: cofradías de caballeros, cofradías de escuderos, cofradías de hidalgos, cofradías de pecheros.
-d) agrupación de personas del mismo oficio.
-e) de un mismo oficio clerical: cofradías de clérigos, cofradías de canónigos, cofradías de beneficiados, cofradías de racioneros.
-f) de un mismo oficio laical: cofradías de gentes de una misma profesión u oficio: sastres, zapateros, carreteros, panaderos, sombrereros, carpinteros, médicos, cirujanos, etc., cada una bajo la devoción de su santo patrón; muy abundantes durante los siglos medievales XII, XIII, XIV, XV, cuando se transforman en gremios e intentadas mantener hasta nuestros días.
-g) de un mismo oficio mixto: laical y clerical que se encuentra en crisis y por medio de la fundación de una cofradía se autodefiende, por ejemplo, la institución de la Inquisición española cuando en el siglo XVII pasa por una etapa menos brillante, se autodefiende fundando una cofradía, la cofradía de san Pedro mártir, de la que forman parte todos las personas que integran la institución de la Inquisición;

- Para la acción política o el mantenimiento del orden temporal: en la Edad Media existieron las que hemos llamado cofradías militares (similares a las órdenes militares), se trataba de las gentes de un lugar recientemente conquistado y fronterizo donde se fundaba una cofradía en la que sus miembros estaban dispuestos a salir en defensa del lugar, en caso de ataque del musulmán, con las armas que pudieran reunir. La primera noticia que tenemos de este tipo de cofradías es la de Belchite, 1118, fundada por el rey de Aragón Alfonso I el Batallador, después fundó Alfonso VII el emperador la del Pendón de San Isidoro de León en 1147, en el siglo XV existían en todos lugares fronterizos con el reino nazarí de Granada. En estos últimos tiempos la Acción Católica, ya desaparecida, nunca quiso llamarse cofradía, pero era, ciertamente, un tipo de esas cofradías para la acción temporal.
- Se han fundado cofradías para los fines más diversos y difíciles de conseguir: por ejemplo, en 1127 se fundó una cofradía para restablecer la silla arzobispal de Tarragona.

miércoles, 4 de enero de 2012

¿QUÉ ES UN COFRADE?


Queridos Amigos:

- Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se entiende por cofrade:
- COFRADE:
(Del lat. cum, con, y frater, hermano).
1. com. Persona que pertenece a una cofradía.
2. m. ant. Hombre admitido en un pueblo, concejo o partido, o que es de él.

- Según cualquier diccionario cofradiero, se puede definir como:

- COFRADE
: Persona que pertenece a una Cofradia: Ha de practicar apostolado en el propio ambiente en que se desarrolla, por poseer un hondo espiritu de fe. Sin esta fe no se puede actuar en una Hermandad; ha de conocer los distintos ordenes de estilo y apropiado a su Cofradia, igualmente como se ejecutan las obras que se encargan en la variedad artesana, poner altares y andas, y llevar la administracion de las mismas. Es, en fin, el que se encarga en los esfuerzos y sacrificios de afanes e ilusión a la Cofradia.

Es decir, estamos hablando de una persona que en primer lugar ha de tener fe en sus convicciones religiosas (en este caso católicas), y ha de vivir esta fe de manera profunda y con ánimo de pertenecer a un grupo donde poder desarrollar la misma para beneficio propio y de la Hermandad. Se trata de un sentimiento que engrandece a la persona y al grupo, al colectivo al que se une el cofrade para rendir culto a sus titulares, desarrollando su devoción a las imágenes, cultivando su fe.

Ese sentimiento no tiene límites ni fronteras para aquellos que viven durante todo el año por y para su Cofradía, al margen de sus obligaciones personales o profesionales, que por supuesto también han de ser puntualmente atendidas. También encontramos cofrades sólo en Cuaresma, cuando se acerca el momento de preparar u organizar la correspondiente Estación de Penitencia, o el Quinario, Septenario o Triduo que se rinda a la imagen o imágenes titulares de la Hermandad.

Todos ellos son importantes para una Cofradía, todos ellos tienen las puertas abiertas de la misma para participar y colaborar en la vida diaria, sea con tintes sociales, solidarios, de caridad, o exclusivamente religiosos; sea para la catequésis de la Parroquia a la que esté adscrita su Hermandad o para aportar sus cualidades profesionales como administrativo, contable, informático, abogado, pintor, escultor, etc... o bien si este Cofrade tiene una posición económica importante por ser titular de alguna empresa puede llegar a poner a disposición de la Hermandad la infraestructura de la misma no solo a nivel económico sino también de medios humanos y materiales.

En definitiva, para una Cofradía tienen el mismo valor espiritual, las personas que aportan solamente la cuota de hermano, como aquellas que se implican de manera mas profunda; pero lógicamente unos acaban siendo mas importantes que otros.

¿Y en Don Benito? ¿qué es ser Cofrade?:

Si ya de por si es complicado ser cofrade en los tiempos dificiles para la fe que estamos viviendo, que se podía comparar a la situación de crisis económica actual, ser cofrade de Don Benito tiene mérito o valor, no sabría como calificarlo a groso modo.

En cualquier caso lo que tiene es "sentido", por lo menos para las cuatro cofradías o hermandades de penitencia de nuestra querida ciudad. Es decir, no sobra nadie en Don Benito para arrimar el hombro, para aportar sus convicciones, para dar sentido y vida a su fe. La pregunta no es ¿qué es ser cofrade en Don Benito?, sino ¿cómo es el cofrade de Don Benito?.

Creo que es un tema que daría para otra entrada de este Blog, pero quiero dejar apuntadas una serie de pinceladas sobre ello.

El cofrade tipo de Don Benito es una persona de edad entre 50 y 70 años, que pertenece a su Cofradía prácticamente desde su creación, y que por regla general suele participar más en la vida de su Parroquia que en la de su Cofradía, más que nada porque la actividad de las Hermandades y Cofradías de Don Benito está muy limitada a los actos que se programan en Cuaresma, y sobre todo a la salida procesional del día correspondiente, donde si adquiere la papeleta de sitio, realiza estación de penintencia con su hábito. No puede participar en mayores actividades porque estas no se programan en épocas distintas del año, que harían de la vida cofradiera una actividad latente y productiva, de constante preparación para el objetivo final de la Semana Santa.

Dentro de este estrato principal de Cofrades, existe un número determinado de ellos, que lejos ayudar a los jóvenes, o a los mayores de su Hermandad, buscan cargarse de protagonismo y dar rienda suelta a sus egos, para su particular reconocimiento bien a nivel personal o profesional, sin pensar en el colectivo, y mucho menos, sin pensar en la Semana Santa de Don Benito. Este tipo de cofrades incluso a veces se jacta de su relación personal con el clero local o diocesano, para medrar, coaccionar y tratar de imponer su criterio sin importarle nada ni nadie. (Este tema lo dejaré para otra entrada del Blog).

Además de este tipo de Cofrades, y de forma residual, existen otros cofrades en Don Benito, jóvenes, valientes y atrevidos, que llenos de ilusión quieren dejar la actitud inmovilista de otros cofrades mas antiguos, y tratar de llevar al mundo cofrade nuevas ideas e inquietudes, para el beneficio de la Semana Santa y no para el suyo propio.

Me identifico mas con este último sector de cofrades, y a través de ellos buscamos el engrandecimiento y la puesta en valor de nuestra Semana Santa de Don Benito, que con aquellos otros que no aportan nada nuevo a nuestro sentimiento cofrade. Los cofrades que estén en disposición de dar vida a su fe a través de las Cofradías, son los únicos que pueden levantar y colocar en su sitio a nuestra Semana de pasión, y sin ellos no será posible.

Saludos a todos,