miércoles, 29 de febrero de 2012

VIVIR LA CUARESMA


Desde el pasado 22 de febrero, Miércoles de Ceniza, el cofrade, tiene otro período de actividad en su razón de ser y estar. Si quizás entendemos que la vida de una Hermandad o Cofradía, debe tener sentido a lo largo de todo el año, queda claro que la Cuaresma, es el momento de vivir con mayor intensidad la preparación de una de las acciones mas importantes, que representan la existencia de una Corporación de Penitencia, y es su estación o manifestación de fe pública en nuestras calles y plazas.

Se ha de vivir de forma interna individual, pero también colectiva. Los cultos internos en forma de Quinarios, Triduos, Septenarios, Protestaciones de Fe, renovación o confirmación de cargos y promesas; organización de la procesión, en lo que se refiere a itinerario, horario, tramos de nazarenos, papeletas de sitio, composición de altares de Culto, besapies, besamanos, pregones o exaltaciones, retiros espirituales, etc… Es tiempo de reafirmar el trabajo y la dedicación de todo un año, y de cuidar hasta el más mínimo detalle.

Dentro del ámbito de la formación del cofrade, es necesario dedicar una pequeña reflexión al porqué de las cosas, y en esta línea os dejo aquí unas notas sobre lo que es la Cuaresma para el cristiano en general:

La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

40 días

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.

En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

La legislación actual de la Iglesia, según el Código de Derecho Canónico vigente desde el 25 de enero de 1983, señala en sus artículos 1249-1253, la obligación de ayunar y abstenerse de ciertos alimentos. El ayuno sólo obliga el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo; la abstinencia de carne, u otro alimento señalado por las conferencias episcopales, todos los viernes y el tiempo de Cuaresma. Cfr. También el Catecismo de la Iglesia Católica, número 1438. Acerca de la percepción actual del sentido de la Cuaresma y el Adviento, el otro "tiempo fuerte", penitencial, de la Iglesia, cfr. Constitución Sacrosantum Concilium del Concilio Vaticano II, nos. 102-106; 109-110. N.T.

Que el Señor nos ayude a caminar a su lado en estos 40 días, para preparar su pasión, muerte y resurrección.

lunes, 27 de febrero de 2012

MARCELINO, PAN Y VINO


Traigo a esta entrada de Blog, uno de los clásicos de la filmografía española del Siglo XX, que nos dejó a unos de sus “actores”, formando parte de la imaginería de nuestra querida ciudad de Don Benito. Se trata del Cristo de factura humilde, que se encuentra en el Altar mayor de la Capilla de Santa Teresa de Jesús, en el Convento de las Carmelitas Descalzas sito en la Calle Donoso Cortés, nº. 21.

Una breve sinopsis de la misma:

Director: Ladislao Vajda.

Año 1954

Intérpretes: Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juanjo Menéndez.

Película basada en una novela de José María Sánchez Silva. Con guión de José María Sánchez Silva ("El Hereje", "María, Matrícula De Bilbao") y Ladislao Vajda ("El Cebo", "Mi Tío Jacinto").
Marcelino (Pablito Calvo) es un niño abandonado a las puertas de un convento que terminará siendo educado por una docena de frailes.

En sus correrías infantiles se inventa a un compañero imaginario, Manuel, llegando a entablar una amistosa relación con el mismísimo Jesucristo.

El tacto fílmico de Ladislao Vajda y la recordada interpretación del niño prodigio Pablito Calvo son los principales logros de esta exitosa película que no solamente triunfó en las carteleras españolas, sino que consiguió también un importante reconocimiento en diferentes y variados países, desde Italia hasta Japón, logrando una meritoria mención especial del jurado en el prestigioso Festival de Cannes y un premio en el Festival de Berlín.

Alejándose de las típicas incursiones religiosas enfocadas con cargante moralina y diseñadas en formato estampita, "Marcelino pan y vino", película basada en un relato de José Mª Sánchez Silva, narra una historia de humor tierno y sentimientos sinceros, bonhomía y emotividad ensalzada por el entrañable retrato de personajes, la inocencia y encanto del personaje central, un espléndido trabajo de fotografía y la inspirada narración de Vajda, quien incluso llega a deparar momentos de terror con el aura semitenebrista que rodea en fases el relato.

Con posterioridad a este título, Ladislao Vajda y Pablito Calvo, acompañados por uno de los frailes de este título, Antonio Vico, volvería a coincidir en la magistral "Mi tío Jacinto".
Como os comentaba antes, la imagen con la que hablaba el bueno de Marcelino, se quedó entre nosotros y recibe culto de numerosos fieles. Se encuentra en el Altar de la Capilla de Santa Teresa de Jesús. Es conocido popularmente como el Cristo de Marcelino Pan y Vino

El Cristo fue una donación de los Estudios Cinematográficos Chamartín a instancias Miguel López Cabrera, ingeniero de sonido que trabajó como técnico en la película. El Crucificado, una vez terminada la película en el año 1954, no tenía ningún valor para los estudios. Entonces Miguel López Cabrera tuvo la idea enviarlo al Convento de Carmelitas de Don Benito cuya Iglesia había sido desmantelada durante la Guerra Civil. Este técnico era natural de Guareña y tenía una hermana como religiosa en este convento, la hermana Isabel de Jesús.

Fue obra del decorador, dibujante y pintor, Antonio Simont, aunque la forma en barro y el posterior acabado en escayola se lo dio un amigo del propio Simont. El Cristo tenía la peculiaridad de tener los brazos articulados cuando llegó al convento.

Si tenéis la probabilidad de ver la película, os aseguro que vais a disfrutar de los pequeños detalles que nos depara la vida.

sábado, 25 de febrero de 2012

DOLORES


Queridos amigos cofrades:
Con esta entrada de Blog, doy inicio a una serie de incursiones en el género de la Poesía, que de forma humilde cubre mi necesidad por expresar lo que a veces puede llegar a generarte una imagen mas allá de la oración. Espero que os gusten.

Reina de mi Don Benito,
Madre de Dios y Señora,
con tu dolor infinito
por la pasión redentora,
tus lágrimas secaría
con un pañuelo, tu pena
y a tus plantas rezaría,
María, de gracia llena.
Porque bendita tu eres,
eres la flor más hermosa
entre todas las mujeres,
y en tu regazo reposa
un sacrificio sincero,
por nosotros padecido
con un amor verdadero
y de tu vientre nacido.
Perdóname mis errores,
pues si buena muerte ansío,
en tu mirada confío
mis gozos y mis dolores
y tus pasos seguiré
cuando tu palio te mece,
y si mi alma lo merece
tu compasión obtendré
bajo la luz de la luna,
en otra gran chicotá
porque Madre, solo hay una
que te quiera de verdad,
pero solo tu, Dolores,
vencerás cualquier maldad
y nos cubrirás de amores
una nueva madrugá.


jueves, 23 de febrero de 2012

SUEÑOS DE CERA



El estado líquido es mi nacimiento y mi final; fundido con la única idea de volver a fundirme, al calor de la llama. Consumido por el lento caminar de mi corta pero intensa vida, donde junto a la mecha que me ayuda a ser derretido, puedo observar la luz que desprendo a mi alrededor. Puedo iluminar los pasos de mi portador, configurando una hilera infinita en la noche y discutiendo con las luces artificiales de las farolas, cual es más importante.


Amanecí una mañana de viernes de Cuaresma, dentro de una caja de cartón, junto a mis hermanos, en la casa de Hermandad adyacente a la capilla donde residía Ella, durante todo el año; y las sabias manos del equipo de Priostía de la Cofradía, me adoptaron para una gran obra. Tan solo restaba tener una identidad propia, para lo cual bastó una pegatina con el escudo de la corporación, y ya estaba preparado para ocupar una posición privilegiada en la próxima estación de penitencia.


El destino me tenía deparado la posición mas alta de la candelería, junto a la Madre del Señor, “casi na”, ¡qué envidia sana para mis hermanos!.


La semana de pasión estaba muy cerca, y el paso de palio empezaba a conformarse con celeridad, para que estuviera todo preparado con tiempo. Una vez puestos los varales, jarras y jarrillas, así como los candelabros de cola, y colocado de forma sublime el palio un año mas, llegaba el turno de los candelabros delanteros, aquellos que servirían de luz a la Señora, y que permitirían contemplarla con toda su belleza y esplendor. Era mi momento.



Pasado el Septenario, y habiendo sido expuesta la Virgen en Besamanos, llegaba su tiempo, el de colocar la peana de plata a nuestro lado, para servir de pedestal divino donde situar su estampa. Era el momento más delicado de todos; pero ahí estaba yo, fundido en el interior de mi particular camarín y al lado de ella, ¿qué más se podría pedir?.



Pasaron los días necesarios hasta que llegó el gran día. Engalanada de Reina, con su corona de oro, su nueva toca de sobremanto, sus manos abiertas sujetando aquel rosario centenario que le regalo una hermana, y que podría sentir cerca de mí al más mínimo vaivén, dada mi cercanía. Alrededor del paso se podían sentir los nervios de nazarenos, costaleros y capataces. Tan solo unos metros nos separaban de aquella imagen de Jesús arrodillado en ese Getsemaní elaborado sobre un imponente paso dorado, entre olivos, lirios y claveles.


La Cruz de guía en la calle hacía ya unos minutos, y el Señor saliendo por el dintel de la puerta de su capilla, a los sones del himno nacional. Toda la candelería empezó a encenderse y el rostro de la Madre de Dios, lucía como nunca. No podía apartar mi luz de sus ojos, y la llama flameaba tintineante expidiendo una finísima línea de humo que iba ascendiendo poco a poco hacía el cielo del palio.


Tres golpes de llamador, secos, firmes y unas palabras por encima de cualquier otras: ¡Tooodos por igual valientes!, ¡vamos a ir al cielo con Ella, eeeh!..... ¡A éeeestaa es!, …. Y un nuevo golpe de llamador nos hizo elevarnos en una intensa y uniforme sacudida, que a pesar de cimbrearnos, en décimas de segundo quedó todo como estaba, pero más cerca de la calle…en nuestra primera chicotá… al son de una música tan fuerte como los aplausos que nos regalaban.


Volvía a elevar mi luz hacia Ella, y pude comprobar con nitidez, mi reflejo en sus lágrimas de cristal, …, esas mismas que de pura emoción empecé a derramar por mis costados…,


….estaba escrito, volvía a mi estado líquido, pero esta vez fundido por su inmenso amor.

martes, 21 de febrero de 2012

NAZARENO DAME UN CARAMELO


En nuestra ciudad de Don Benito, y en otras muchas Semanas Santas de nuestro entorno es tradición que los nazarenos y penitentes repartan estampitas de los titulares de su hermandad, normalmente con la fotografía de la imagen correspondiente al año en curso, y en el anverso la oración o el himno propio de ese titular.

No obstante también es una tradición saludable la de obsequiar con otros objetos que forman parte del actual merchandising cofradiero, ya sean en forma de llavero, pin, piruletas con siulueta de nazarenos, o el famoso caramelo con envoltorio o colores que simbolizan el propio de la cofradía.

Traigo a esta entrada del blog, la iniciativa tomada hace unos años, por un grupo de jóvenes de la ciudad de sevilla, profesionales de varios sectores y amantes de la Semana Santa, para recuperar o asentar ciertas tradiciones o costumbres, como la de repartir caramelos entre grandes y pequeños. Fruto de ello es la creación de la empresa NAZARENO DAME UN CARAMELO, que es una marca que nació con el propósito de recuperar una tradición centenaria de nuestra Semana Santa, la de los caramelos. ¿Se han parado a pensar alguna vez cuántos niños perdieron el miedo a los nazarenos gracias a un caramelo? ¿Existe una fotografía más entrañable que la de un monaguillo repartiendo su preciado tesoro envuelto en mimbre con forma de canastilla?. En los últimos años se han ido imponiendo modas que nada tienen que ver con la esencia de nuestras cofradías y cuesta, cada vez más, escuchar una voz inocente diciéndonos: "Nazareno, dame un caramelo".

A partir de ahora, y gracias a este grupo de jóvenes cofrades y al apoyo de todos los que siguen sintiéndose niños, han querido contribuir a mantener vivo el rito que nunca debió escapar de nuestro regazo.

Un dato histórico, según indica esta web:

Hacia 1890 realizaba el pintor costumbrista sevillano José García Ramos uno de sus lienzos más populares referidos a la Semana Santa de Sevilla. "Nazareno, dame un caramelo" fue el título que le dio a una elegante representación de un Nazareno de la hermandad de la Macarena que coquetea con un grupo de damas de la época.

Una imagen desenfadada y popular para la época de la definitiva popularización de algunas costumbres de la Semana Santa. ¿Fue la de la entrega de caramelos por parte de los nazarenos una de ellas? Es difícil decirlo con toda seguridad, ya que las fuentes históricas apenas no hacen mención alguna al origen de tan popular costumbre.

Está documentado en otras celebraciones de la Pasión, especialmente en el caso de Murcia, que la entrega de caramelos se popularizó por parte de los nazarenos como una más de las viandas de las que se abastecían a lo largo de la estación de penitencia. Lo que fue una entrega de aquello que sobraba se acabó convirtiendo casi en un fin en sí mismo. Aunque las fuentes son escasas en detalles, se conocen los excesos de disciplinantes (de luz y de sangre) a lo largo de los siglos XVI y XVII. Entre ellos estaría el porte de viandas y golosinas que se podían compartir a lo largo del camino.

Unos excesos contra los que se dictaron numerosas normas de control por parte de la autoridad eclesiástica y, especialmente en el ilustrado siglo XVIII, por parte de la autoridad civil, que prohibió disciplinas, flagelos y todo tipo de exhibiciones. De los caramelos no sabemos nada. El cuadro de García Ramos nos viene a confirmar que en las últimas décadas del siglo XIX, en consonancia con la reorganización de muchas cofradías, con el resurgimiento de cofradías populares y con la extensión del sentido festivo, la entrega de caramelos debía ser algo habitual.

A partir de entonces se uniría a todo un concepto iniciático de la Semana Santa, una vía de entrada de la infancia al misterio de la Pasión y Muerte de Jesús. Una costumbre que sobrevivió a modas y a crisis, a años de hambre y a años de opulencia. Sólo el fenómeno de las estampitas, reflejo de la celebración consumista-coleccionista que embadurna la Semana Santa en los últimos años, le ha hecho sombra. Pero el caramelo pervive. Un símbolo de la infancia. De ese niño en que nos convertimos al oír los primeros tambores. De esa vida que simbolizó Rafael Montesinos en uno de los mejores poemas escritos sobre la Semana Santa:

Manuel Jesús Roldán (Historiador)

Vuelve lo perdido
con las cofradías,
Mi alma no puede
con su Cruz de Guía.
Llevo en la garganta
saetas partidas,
y en la sangre el triste
tambor de otros días.
Calle de las Sierpes
por Cerrajería.
Nazareno negro
de la pena mía,
ya no hay caramelos
en tu canastilla,
ni gotas de cera
en mis manos frías.
Nazareno negro,
suéltate la hebilla
para que yo vuelva
a mis niñerías.
Una vida menos
por Cerrajería.

domingo, 19 de febrero de 2012

HEMATIDROSIS


Me interesa mucho exponeros en esta entrada del Blog, un fenómeno fisiológico como es el de la Hematidrosis, plasmado de forma impresionante por una de las últimas obras de Juan Manuel Miñarro. Se trata de la imagen que bajo la advocación de “Señor del Amor”, ha creado para una agrupación parroquial de Écija.

Viene a retratar al Hombre de la Síndone en el Monte de Getsemaní. Antes de ser prendido, suda sangre en su inmensa agonía mientras ora intensamente ante el drama del principio del fin aceptado.

Es el Cristo que el profesor, escultor e imaginero ha creado para la Agrupación parroquial «El Olivo», fundada en la iglesia de Santiago el Mayor de Écija y aprobada por la Iglesia en diciembre de 2010. Una imagen bellísima, sobrecogedora y a la vez llena de dulzura del Hijo de Dios vivo, que fue bendecida anoche y que en un futuro protagonizará la escena de un paso de misterio del Prendimiento, que, junto a la Virgen de la Concepción, obra de Francisco Buiza de 1974, que procede de un asilo de ancianos de Puebla del Río, será referente en la Alcarrachela, un barrio sin cofradía aún, en el que la agrupación tiene previsto erigir su capilla.

El rostro creado por Miñarro, sus rasgos, su expresión, responden a sus años de investigación en torno al que se dibuja en la Síndone, al que le ha añadido la representación de la hematidrosis, esas «grandes gotas de sangre que caían hasta el suelo», según San Lucas. Ciencia y arte han vuelto a darse la mano en esta imagen —tal y como ya hizo el imaginero en su impresionante Crucificado para la Universidad de Córdoba— pero para recrear ese fenómeno de la sudoración sanguínea, el escultor se topó con la ausencia de suficiente documentación en la literatura médica moderna. Lo más parecido hallado por el imaginero, que ha contado con la ayuda y el asesoramiento del doctor Antonio Petit Gancedo, ha sido el síndrome de Garner-Diamod, descrito en 1955, denominado «Púrpura psicogénica», un trastorno provocado por un «alto nivel de estrés, ansiedad y debilidad por el que se producen hematomas bajo la piel que pueden llegar a la extravasación de sangre, producir hemolacrimia y efectos parecidos a la estigmatización», según explica Miñarro. Así, en la talla de la imagen, de cuerpo completo y totalmente policromada, ha representado la huella de la púrpura psicogénica.

Como se expone en la web: www.lahornacina.com para este importante objetivo, se ha contado con la inestimable ayuda y asesoramiento del doctor Antonio Petit Gancedo: nuestro principal colaborador en el proyecto del Crucificado de la Hermandad Universitaria de Córdoba, y que en esta caso, como en el anterior, no ha dudado en solicitar a su vez el asesoramiento de compañeros y compañeras hematólogos. La primera sorpresa de la indagación fue que el término hematidrosis no está suficientemente documentado en la literatura médica moderna. Además, este fenómeno ha sido durante mucho tiempo discutido y negado. Muchos de los casos descritos son relatados, no con intención científica, sino con intención proselitista religiosa, cuando no mágica. El estudio clínico del sudor de sangre no tiene una larga historia: el primero que publicó un ensayo sobre el tema fue Auguste Nicolas Gendrin (1796-1842), y tres años más tarde Auguste Grisole define de alguna manera la entidad nosológica en un tratado de patología. Una nueva contribución médica más depurada se debe a la obra de Jules Parrot (1839-1883), publicada en 1859. Pero pese a estas contribuciones hechas por autores de prestigio, la mayoría de los patólogos, médicos y tratadistas siguieron mirando a esta misteriosa enfermedad con incredulidad, como si de fruto de la fantasía se tratara.

Respecto a referencias históricas sobre este insólito fenómeno, tenemos que mencionar una cita en la Historia de los Animales de Aristóteles, donde dice: "Le ocurre a algunas personas tener sudor de sangre debido a su mal estado de salud; su cuerpo en estas circunstancias se hace débil y blando". La segunda referencia nos llega de Lucano (año 39 a 65 en Pharsacia), que nos cuenta cómo los soldados romanos, atravesando los desiertos de Egipto, pasaron todo tipo de calamidades, y uno de ellos, mordido por una serpiente, despide de su piel humor escarlata a manera de sangre, y sus lágrimas eran de sangre y todo su cuerpo era a modo de una gran herida.

Ya hemos indicado el origen etimológico del término, incluso podemos ofrecer la definición que da del mismo, el doctor Martin Lara: "trastorno de la secreción sudoral caracterizado por la coloración roja del sudor; esta tonalidad se debe a la presencia de la materia colorante de la sangre: los glóbulos rojos". Sin embargo, no hemos encontrado ningún caso clínico del que exista alguna documentación gráfica moderna en la que nos pudiésemos basar para ayudarnos a la representación del fenómeno. En la medicina moderna, el síndrome más parecido encontrado ha sido el síndrome de Garner-Diamond, descrito en el año 1955, y más tarde, en 1968, por los doctores Ratnoff y Agle, que entonces lo denominaron "púrpura psicogénica". Este trastorno está registrado con casos clínicos y es demostrable en la literatura médica moderna; además, se puede describir de la siguiente forma: "trastorno excepcional [el de Jesús lo fue] en el cual el sujeto, bajo un alto nivel de estrés, ansiedad y debilidad, se le forman como una especies de hematomas bajo la piel que pueden llegar a la extravasación de sangre; producir hemolacrimia y efectos parecidos a la estigmatización".

Os animo a disfrutar de esta imagen en el reportaje fotográfico que aparece en este enlace:

viernes, 17 de febrero de 2012

DON BENITO: ¿CIUDAD ACOGEDORA?



¿Se imaginan esta instantánea de la calle vacía en una noche de Jueves Santo?.... Creo que a nadie le gustaría, ni a los mas ni a los menos cofrades.

Podemos detectar en los últimos tiempos, un giro para bien de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento de Don Benito, en lo que se refiere a colocar a la ciudad en un lugar superior, con respecto a su presencia en actos y ferias de promoción turística de la misma, definiendo sus diferentes señas de identidad, tanto a nivel de su cultura, su ocio, su gastronomía, sus servicios, su industria, etc…

Prueba de ello es la creación de un stand de 96 metros cuadrados, con un coste total de 11.000 euros, que servirá para representarnos dignamente en certámenes de todo tipo, bien sea a lo largo de la geografía extremeña o fuera de ella. También resulta gratificante para el esparcimiento de la ciudad, la próxima Feria de Invierno, que se llevará a cabo en unas instalaciones ubicadas entre la calle Villanueva y la Avenida de Córdoba, con el tomate, el arroz, y los peces como ingredientes de muchas recetas típicas de la cultura gastronómica local, como ya lo es también la calabaza, ensalzada en la época de la Velá.

Estas muestras de lo que el Ayuntamiento estima como necesario, para que Don Benito sea una ciudad de paso y parada, referente de las Vegas Altas y de Extremadura en general, nos hacen replantearnos a los cofrades esas cuestiones que entendemos necesarias para que la Semana Santa local, tenga también el lugar que se merece por la envergadura que tienen los distintos elementos que la componen, y aquellos otros que la pueden llegar a conformar en su día.

Como ya comenté en otra entrada de este Blog (Semana Santa: Seña de identidad de un Pueblo), esta situación afecta no solo a lo que el consistorio local puede hacer por sus propios medios, sino también a aquellos otros que le deben ser proporcionados por los cofrades, representados por su Junta de Cofradías, y también por las Parroquias, sus párrocos y sacerdotes.

Bajo mi humilde punto de vista, paso a detallar a continuación lo que yo creo que se podría hacer o mejorar al respecto:

-1.- Llevar a cabo un sondeo entre la población para que se detecte lo que los ciudadanos piensan de la Semana Santa, que echan en falta, qué les gusta o qué les disgusta. Hay gente que se va al campo en esos días, pero que regresan a la hora de las procesiones.

-2.- Mejorar las comunicación y las relaciones entre el Ayuntamiento, la Junta de Cofradías y las Parroquias, para que se defina claramente el programa de actos de cada Semana Santa, hilvanando los actos propios de promoción musical (como la exaltación de la saeta, conciertos de Banda Municipal, Orquesta Scarlatti o Coral dombenitense), con los actos de Culto interno y externo de Hermandades y Cofradías, Auto Sacramental, Pregones de Semana Santa y del Costalero, así como con los horarios de Eucaristías y Procesiones, itinerarios, etc…

-3.- Publicar con mayor antelación el Programa de mano o revista anual de la Semana Santa, para que los interesados puedan organizar debidamente su agenda y pueda ser contrastada con la de otras Semanas Santas del entorno, lo que posibilitaría dar su sitio a todas. Ello debe tener su reflejo también en un cartel anunciador único, fruto de un concurso bien de fotografía o de pintura, que iría enriqueciendo el patrimonio local.

-4.- Dotar a la Semana Santa de una seña de identidad inconfundible, a través de una Carrera Oficial, o zona de paso obligada para todas las Hermandades y Cofradías, al estilo andaluz, con tramos de palcos o sillas, engalanados debidamente, y en lugares estratégicos de la zona centro de la ciudad, con respeto a aquellas personas que por su edad o condición física tenga limitada su movilidad, y con un precio simbólico, que no espante a turistas y vecinos. Sería interesante para ello ver como funcionan las semanas santas de otras ciudades, de Extremadura y de fuera, y cómo se promocionan hacia el exterior.

-5.- Llevar a cabo una exposición monográfica, en la Casa de la Cultura o en el Museo Etnográfico con material cedido por Hermandades, Cofradías, Parroquias o Particulares, que exponga a los interesados fotografías, programas de mano antiguos, hábitos o túnicas de nazareno, carteles, estampas, ajuares de Cristos o Vírgenes, alguna talla o escultura que pueda ser vista mas de cerca, etc… Y aprovechar para dar a conocer el origen de nuestros Titulares de las distintas cofradías, algunas de ellas, con una categoría artística mas valorada fuera que dentro de nuestra ciudad.

-6.- Publicar un soporte audiovisual en DVD, que recoja momentos interesantes de la Semana Santa dombenitense, para deleite de los vecinos y reclamo del turista.

-7.- Hacer hincapié en el aspecto gastronómico tan importante por estas fechas como es la elaboración casera de dulces (bollas, empanadillas, perrunillas, etc..), así como potajes, recetas con bacalao; y que daría pie a otra actividad en forma de concurso gastronómico, publicación de un recetario típico de Cuaresma, etc…

-8.- Concienciar a la Banda Municipal de la importancia que tiene su actividad en el desarrollo de la Semana Santa, incentivando su devoción mas que su obligación. Promocionar la creación de una nueva Banda de Cornetas y Tambores, o una Agrupación Musical, que complemente aquella, entre los mas jóvenes de la ciudad.

-9.- Considerar a la Semana Santa como un elemento distintivo mas de la idiosincrasia de la Ciudad, a la altura de las fiestas de Barrio (S. Sebastián, la Piedad, San Gregorio, San Isidro, San Juan, Santiago, la Velá), o a la altura de otros elementos promocionados durante el resto del año: Cabalgata de Reyes y actividades Navideñas, Halloween, San Silvestre, ruta del aperitivo, Feria de Asociaciones, Actuaciones de la Banda Municipal, Actividades Culturales y Exposiciones en la Casa de la Cultura o en el Museo Etnográfico, Actividades del Patronato Municipal de Deportes, etc…

-10.- Fruto del punto anterior, mejorar la información que de la Semana Santa transmitimos a través de la Web del Ayuntamiento, obsoleta desde hace años, y entendiendo la dificultad de elaborar una nueva que dignifique todo lo que ya sabemos, recomendaría enlazar directamente el Apartado Turismo/ Semana Santa, con la consolidada página web: www.donbenitocofrade.com

Esta web, ha supuesto un verdadero soplo de aire fresco y un punto de inflexión, para todos los cofrades, amantes de la Semana Santa en general, y de la calabazona en particular, pero también es un servicio “público” necesario, para comunicar actos de índole eclesiástico, de tintes sociales o de caridad, y además, con expresión de elementos históricos y artísticos, fundamentales para saber el origen de las cosas.

Para ello, insisto también en la necesidad de que la Junta de Cofradías así como las Hermandades que la conforman, sean conscientes de que la Semana Santa, como expresión pública de la fe y catequesis en la calle, se debe cargar de un simbolismo digno, y las subvenciones que el Ayuntamiento proporciona a tal efecto, son para engrandecer y conservar el patrimonio, no a las Parroquias que las albergan. La Cofradía también es un canal para desarrollar la caridad, la formación cofrade, la integración social, etc…, pero sin olvidar que su manifestación a través de la estación de penitencia debe tratar de ser hecha con cierta vistosidad en la composición de sus pasos y cortejos.

- Concienciar a Párrocos y Sacerdotes de la importancia de los Cultos internos, así como de la vistosidad que han de tener los mismos. Hacerles ver también que la Semana Santa no es folclore, no es un canal para financiar la actividad parroquial, que si bien es importante, no es su objetivo principal. No pueden bloquear el desarrollo de los movimientos de fieles, por el puro capricho o gusto sobre la materia, que dura el tiempo que permanezcan ejerciendo su ministerio, pero no mas allá.

- No despreciar tradiciones que realmente funcionaban, como el Vía Crucis Interparroquial de los años 90 (Virgen del Silencio y Cristo del Amor), por el barrio de San Juan; la procesión de la Borriquita en la mañana del Domingo de Ramos, con misa en la explanada de San Sebastián; la Procesión del Silencio, con los cuatro pasos de la Hermandad de la Soledad (Virgen de la Soledad, Cristo de la Paz, San Juan y Santa María Magdalena); Procesión del Santo Entierro a las siete de la tarde del Viernes Santo, y no insertado en la Procesión del Silencio; la romería del Encuentro con una Hermandad “desterrada” de su parroquia, etc…

- Dar cabida a nuevas Hermandades y Cofradías, que tratan de asentarse en otros barrios de la ciudad, alrededor de las imágenes del Santísimo Cristo de la Oración en el Huerto y de Nuestro Padre Jesús de la Salud. En torno a esta última imagen sita en la Iglesia de la Piedad, se puede articular el futuro de la explosión definitiva de la Semana Santa de Don Benito, por el día y la hora en que podría desarrollarse su estación de penitencia, su acompañamiento musical, su recorrido por determinadas calles de ese barrio, su labor social, etc…, aquí reside el reclamo devocional y turístico mas importante del futuro de nuestra Semana de pasión…., pero esto se queda para otra entrada de este Blog……

miércoles, 15 de febrero de 2012

SUEÑOS DE ADOQUÍN


Agosto de 2010, Playa de Valdelagrana (Puerto de Santa María), son las ocho de la mañana y llevo unos minutos paseando por la orilla, con la mirada fija en el horizonte que me deja divisar entre la bruma, la imponente silueta de la Catedral de Cádiz, al pie del Atlántico y su inconfundible cúpula dorada.

Siento la brisa de un aire de levante, que en esta zona va pegando cada vez mas fuerte conforme avanza el día, haciendo golpear ráfagas de una finísima y blanca arena sobre mi rostro. El agua está fría pero merece la pena dejarse tocar por la marea, que a esas horas todavía deja unos metros para caminar tranquilo, sin sobresaltos, y dejar la mente en blanco, concentrado tan solo en el sonido del viento, de las olas, y el aroma a salitre que envuelve cada uno de mis sentidos. Es reconfortante para unos pies que en otras épocas del año, sólo están acostumbrados al calor del asfalto y a las aceras llenas de prisas y pisotones, de la gran ciudad.

Alejado de todo ese bullicio, sólo puedo echar de menos, el andar pausado de la primavera, y las ansias por volver a descalzarme para otros menesteres que también marcan el caminar por el tránsito de esta vida. Miro hacia el mar, y a lo lejos adivino la presencia de un barco llegando al puerto, pero no puedo dejar de pensar en otros barcos de talla dorada y andar pausado, mecidos por el vaivén de otras olas, y acompasados por las notas de una marcha, a izquierda y derecha, adelante y atrás.

Cierro los ojos, y empiezo a recrearme en mi última estación de penitencia, la misma que ejecutaron los pies que ahora me hacen avanzar sorteando restos de conchas y algas, que va despidiendo el mar; y mis plantas van definiendo en la arena mojada, las huellas que van quedando detrás, como pasos que me van siguiendo. Esos mismos pasos que van quedando marcados por el frío adoquín de mi pueblo, humedecido por los primeros retazos de la primavera, en una noche de Jueves Santo. No conocen la calidez de un calcetín o de una sandalia de esparto, porque la penitencia que uno se marca sigue otra línea o forma de ser. Tres horas, recorriendo las calles y plazas, con los bajos de la túnica acariciando mis tobillos, sintiendo como se van clavando las piedrecitas del suelo, o como se cala el pie por algún pequeño charco que no puedes sortear.

La misma pasión y necesidad de cada año, la misma sensación bajo el antifaz, la misma satisfacción por volver a acompañar a mi Cristo, en su agonía ¿cómo podría yo quejarme de mi sacrificio descalzo, siendo aún mayor su penitencia por todos nosotros?. Sólo aquel que alguna vez ha experimentado la fría noche bajo sus pies, puede comprenderlo. Todas las cosas tienen un sentido, que va más allá de una simple explicación con palabras sencillas o complejas.

Hoy camino por la orilla añorando esa otra orilla de mi vida, aquella que me lleva hacia el interior de mi alma, que me permite volver a descubrir el sonido de aquella marcha en la Avenida, el aroma del incienso envolviendo al Señor, las gotas de cera derretida sobre mis pies…, no hay ningún dolor que pueda compararse al de su Madre, que nos sigue unos metros mas atrás.

Abro los ojos, y después de un profundo suspiro, miro hacia mis pies, y comprendo que ya va quedando menos para volver a sentir el adoquín en mis plantas, tan solo unos meses de espera para volver a vivirlo; un mundo para el cofrade, que tiene la esperanza por bandera, pero con el ansia de estrenar una nueva estación de penitencia, para ir haciendo ese callo, símbolo de otra razón de ser.

Volverán mis pies a guiarme hacia Ti, y a saborear en cada paso, la humedad, el frío, la aspereza, las gotas de cera, el viento helador de la madrugada, el aroma de azahar y el del incienso, el llanto de una corneta, y el compás de un toque de tambor, ...... y volverán a dejar tras de mi otra huella imborrable de mi vida.

lunes, 13 de febrero de 2012

SEVILLA EN LA MIRADA


Recuerdo hace unos meses como se “criticaba” en algún foro de Don Benito Cofrade, el uso reiterado de una “monserga capillita” a la hora de referirse a determinados temas cofradieros, o bien, el buscar la referencia constante de Sevilla, como “madre y maestra”, de las celebraciones de la Semana Santa.

Bajo mi punto de vista, y declarándome amante de Sevilla, mas allá de lo que significa la celebración de su semana de pasión, creo que mirarnos a su espejo, así como al de otras formas o maneras de celebrar el culmen de la vida cofrade anual, no puede ser si no reconfortante y ejemplificador de una manera excelsa de hacer las cosas. Pienso que es una aspiración legítima el tratar de hacer con nuestros propios medios, lo mejor que se puedan tanto a nivel de cultos internos como externos, las celebraciones que forman parte de nuestras Hermandades y Cofradías. En el origen de lo que son hoy las corporaciones cofrades de Don Benito, se bebieron esas fuentes, y por ello, la mayor parte de las imágenes titulares han nacido a orillas del Nervión, porque así lo quisieron sus benefactores, párrocos o hermanos mayores: Cristo de la Buena Muerte, María Santísima de los Dolores, María Santísima del Consuelo, Cristo de Medinaceli, Nuestro Padre Jesús de la Salud o el Santísimo Cristo de la Oración en el Huerto. No solo su hechura, sino también su manera de andar en la calle, la composición de sus pasos y canastillas, capataces, costaleros, el estilo de su patrimonio, y las restauraciones llevadas a cabo, etc… beben de sus “inmensas fuentes”.

No podemos despreciar sus enseñanzas, ni ser ajenos a su manera de vivir la Semana Santa; no podemos mirar hacia otro lado mejor, porque no hay nada mejor sencillamente, y por ello a continuación pongo una serie de notas para aproximarnos a ella:

La Semana Santa de Sevilla es la celebración de la pasión y muerte de Cristo a través de las procesiones que realizan las cofradías a la Catedral, durante esa semana. Además de los aspectos religiosos, la Semana Santa en Sevilla supone un fenómeno de carácter sociocultural, turístico y económico de gran importancia en la ciudad, está declarada de interés turístico internacional, constituyendo una de las grandes fiestas de primavera en Sevilla junto a la Feria de abril.

Las procesiones comienzan oficialmente el Domingo de Ramos llegando hasta el siguiente domingo (Domingo de Resurrección), procesionando cada día las imágenes que representan la Pasión y muerte de Cristo sumando en su totalidad (la semana) 60 hermandades (además de las de vísperas).

La Semana Santa se vive durante todo el año en la ciudad y las Hermandades trabajan día a día en los tres pilares fundamentales que las definen: formación, culto y caridad. Son múltiples las obras asistenciales que las Hermandades y Cofradías realizan en Sevilla y su Provincia. La Estación de penitencia o salida procesional es el principal culto externo de las corporaciones pero las Hermandades cuentan con numerosos cultos internos a sus Titulares a lo largo del año (Novenas, Quinarios, Triduos, Besamanos, Pregones, Conferencias, Vía Crucis...).

El Consejo General de Hermandades y Cofradías, es el órgano encargado del conjunto de procesiones de la Semana Santa y agilizar trámites y acuerdos con las instituciones oficiales y de todo lo relativo a la Carrera Oficial. Sus miembros son elegidos cada cuatro años por los Hermanos Mayores de las distintas Hermandades.

Los desfiles procesionales de la Semana Santa, que transforman la ciudad durante ese periodo, son el resultado de la evolución durante siglos de las formas, modos y maneras de las cofradías y hermandades compuestas por diversos grupos de personas de distintas índoles laborales, culturales y sociales, donde han influido múltiples factores tanto religiosos, artísticos, sociales e históricos.

Aunque durante la Edad Media ya existieron cofradías, no es hasta el siglo XVI cuando se consolidan las hermandades de pasión o penitencia como asociaciones que veneran la pasión y muerte de Cristo y le rinden culto con una salida procesional. En sus comienzos, las cofradías sevillanas hacían estación de penitencia a iglesias o conventos cercanos a su templo. En el Sínodo de 1604, el cardenal Fernando Niño de Guevara estableció algunas normas que forman el germen de la actual Semana Santa de Sevilla: las cofradías quedaban obligadas a realizar la estación de penitencia a la catedral y las de Triana debían realizarlo a la Iglesia de Santa Ana, debían vestirse túnicas sencillas de lienzo basto y se prohibía a la mujeres disciplinarse.

Durante el siglo XVIII la Semana Santa atravesó una profunda crisis, a causa del decaimiento económico y demográfico de la ciudad de Sevilla, de tal manera que en la primera mitad del siglo XIX, todo indicaba que las cofradías estaban a las puertas de su desaparición definitiva. Hacia 1850 solamente había cofradías en la calle el jueves santo y la madrugada y la tarde del viernes santo. Durante finales del siglo XIX, en el periodo de la restauración borbónica, las cofradías resurgen en número y esplendor y se empieza a considerar un atractivo turístico para la ciudad y su economía.

A este nuevo auge no es ajena la instalación en Sevilla de la "corte chica" de Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II, y su esposo, Antonio de Montpensier, en el antiguo colegio de marineros de San Telmo. Ellos impulsaron de nuevo la Semana Santa (su huella es muy visible, p.ej., en una cofradía como Montserrat o La Lanzada), creándose en esos años la tradición del Santo Entierro Magno, que desde entonces se realiza cada cierto número de años, sin una periodicidad fija.

En el siglo XX, durante el gobierno de la Segunda República se experimentó una fase de enfrentamiento social y político que perjudicó la celebración de la Semana Santa. El año 1932 las Juntas de gobierno de las hermandades tomaron la decisión de no salir en procesión. el entonces alcalde José González Fernández de Labandera, sabedor de la trascendencia de esta medida, trató en sus declaraciones de estimular la normalidad de las procesiones y garantizar su celebración. La hermandad de la Estrella fue la única que, contraviniendo el acuerdo del conjunto de las hermandades, hizo procesión el jueves santo, produciéndose varios altercados de carácter violento durante su recorrido, el incidente más grave fue protagonizado por un militante anarquista que disparó contra el paso de la virgen.

En esta decisión de no salir en procesión, tomada por las hermandades, se combinaron por una parte el temor a los posibles incidentes que pudieran producirse y por otra la utilización de la suspensión como herramienta política contra las disposiciones del gobierno republicano. Durante el año 1933 se repitió la decisión y ya en 1934, tras el triunfo de la CEDA, 14 cofradías volvieron a salir de sus templos durante las fiestas.

Debido al aumento de cofradías, que ya pasaban de las 57, se decidió en un momento determinado que las nuevas no realizarían carrera oficial, saliendo el Viernes de Dolores en recuerdo a los Dolores de la Virgen María y el Sábado de Pasión, sin embargo en 2007, se autorizó la salida de la Hermandad del Carmen Doloroso el Miércoles Santo, en 2008 se autorizó también el Lunes Santo la Hermandad de San Pablo y el sábado santo la Hermandad del Sol, del barrio del Plantinar, en la tarde del Sábado Santo del 2010.

Desde este Blog, animo a todos los cofrades y amantes de alegrar su cuerpo y su alma, a que bajen alguna vez en sus vidas a la gloria de Sevilla, para vivir una experiencia inolvidable para todos los sentidos, entre lágrimas, sonrisas y emociones.

Sevilla no te defraudará nunca...

sábado, 11 de febrero de 2012

EL HOMBRE QUE ESCULPIÓ A DIOS


Dentro del compendio de entradas literarias de este Blog, os traigo aquí una novela que merece la pena leer.

Tras el éxito de su primera novela, “El último imán de Ishbiliya”, el periodista de ABC de Sevilla Fernando Carrasco vuelve a adentrarse en el género literario con una nueva y polémica novela, “El hombre que esculpió a Dios”, editada también por Jirones de Azul, un relato que combina la intriga y el thriller en torno a una serie de imágenes de la Semana Santa sevillana en la actualidad, si bien no se trata de un libro de Cofradías ni de Semana Santa. Igualmente, la novela se retrotrae al siglo XVII hispalense, en el momento de la hechura de esas imágenes.

Laura Moreno, licenciada en Bellas Artes y profesora del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), es requerida al denunciarse que, posiblemente, la imagen de un portentoso Crucificado del Barroco que procesiona en la Semana Santa de Sevilla no sea la original y haya sido sustituida.

A partir de ese momento, se verá envuelta en una conspiración en torno al autor de una serie de tallas; a un secreto y un juramento salvaguardados por espacio de cuatro siglos, que ahora pondrán en peligro su vida cuando trate de averiguar qué es lo que está ocurriendo con esas imágenes.

Paralelamente, en los albores del siglo XVII, Juan de Mesa, uno de los más grandes escultores e imagineros del Barroco, está concluyendo la que será, con el paso de las centurias, su obra culmen. Su personalidad y carácter son totalmente contrapuestos a los de su insigne maestro, Juan Martínez Montañés, que observa cómo su discípulo más aventajado le ha sobrepasado.
Fernando Carrasco (“El último imán de Ishbiliya”) se supera en la que es su segunda novela, “El hombre que esculpió a Dios”, con un argumento que no dejará indiferente a nadie y que viene a ahondar en la seguridad y tutela de muchas imágenes procesionales.

Con una narrativa impecable, un desarrollo del argumento trepidante y un final imprevisible y sorprendente, “El hombre que esculpió a Dios” atrapa al lector desde la primera página, compaginando magistralmente realidad y ficción, saltando del siglo XVII a la actualidad de manera extraordinaria, mostrando un dominio del lenguaje singular y recreando lugares de la Sevilla del XVII de forma portentosa, trasladando al lector hasta aquella época.
“El hombre que esculpió a Dios” es, sin duda, una novela que dejará profunda huella en quienes se adentren en sus páginas, que puede generar polémica por el argumento que desarrolla y que viene a ratificar el talento narrativo de su autor.

Dada la expectación del libro, la editorial Jirones de Azul ha abierto un blog sobre el libro:

http://elhombrequeesculpioadios.blogspot.com/


Sobre el autor:

Fernando Carrasco es periodista, y lleva un cuarto de siglo ejerciendo la profesión. Ha trabajado tanto en radio como en revistas especializadas taurinas. En 1990 entró a formar parte de la Redacción del periódico ABC de Sevilla, en la que sigue actualmente, compaginando la información taurina y la dedicada a las Hermandades y Cofradías de Sevilla. En ambos campos está considerado como uno de los más reconocidos especialistas. Ha colaborado en multitud de boletines de Hermandades, además de haber participado en numerosas conferencias, charlas-coloquios y mesas redondas, tanto del mundo del toro como de las Cofradías. En la Cuaresma de 2008 pronunció la “Exaltación de la Saeta y Otras Músicas de la Pasión”, que se celebró en la Catedral de Sevilla, siendo presidido tan importante acto por el cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo.

jueves, 9 de febrero de 2012

LA CARIDAD: OTRA RAZÓN DE SER


Otra razón de ser de nuestras Hermandades y Cofradías, es o debe ser la práctica de la Caridad cristiana

El Catecismo de la Iglesia Católica en el n. 1856 señala la importancia vital de la caridad para la vida cristiana. En esta virtud se encuentran la esencia y el núcleo del cristianismo, es el centro de la predicación de Cristo y es el mandato más importante. Jn 15, 12; 15,17; Jn 13,34. No se puede vivir la moral cristiana haciendo a un lado a la caridad. La caridad es la virtud reina, el mandamiento nuevo que nos dio Cristo, por lo tanto es la base de toda espiritualidad cristiana. Es el distintivo de los auténticos cristianos.

La caridad es la virtud sobrenatural por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Es la virtud por excelencia porque su objeto es el mismo Dios y el motivo del amor al prójimo es el mismo: el amor a Dios. Porque su bondad intrínseca, es la que nos une más a Dios, haciéndonos parte de Dios y dándonos su vida. 1 Jn. 4, 8

La Caridad le da vida a todas las demás virtudes, pues es necesaria para que éstas se dirijan a Dios, Ej. Yo puedo ser amable, sólo con el fin de obtener una recompensa, sin embargo, con la caridad, la amabilidad, se convierte en virtudes que se practica desinteresadamente por amor a los demás. Sin la caridad, las demás virtudes están como muertas. La caridad no termina con nuestra vida terrena, en la vida eterna viviremos continuamente la caridad. San Pablo nos lo menciona en 1 Cor. 13, 13; y 13, 87.

Al hablar de la caridad, hay que hablar del amor. El amor “no es un sentimiento bonito” o la carga romántica de la vida. El amor es buscar el bien del otro.

La caridad si no es concreta de nada sirve, sería una falsedad. Esta caridad concreta puede ser interna, con la voluntad que nos lleva a colaborar con los demás de muchas maneras. También puede ser con la inteligencia, a través de la estima y el perdón. Otra forma concreta de caridad es la de palabra, es decir, lo que llamamos benedicencia, hablar siempre bien de los demás.

Y la caridad de obra que se resumen en las obras de misericordia, ya sean espirituales o materiales. Siendo las más importantes las espirituales, sin omitir las materiales. De ahí la necesidad de la corrección fraterna, el apostolado y la oración.

No hay una cofradía sin una preocupación social o benéfico-asistencial muy seria. No hay una hermandad o cofradía sin una bolsa de caridad, sin una obra asistencial de gran calado que se está llevado cada día adelante, sin una atención diaria a las necesidades de sus hermanos y cofrades y de todas las gentes que vienen a pedirles una ayuda.

Las hermandades y cofradías han entrado en un camino de búsqueda de una auténtica espiritualidad, la suya propia, pero proyectada a las necesidades de este siglo que agoniza y de un nuevo milenio que comienza.

En palabras de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla: “Ciertamente casi todas las hermandades ejercen algunas acciones solidarias: dan dinero a alguna asociación benéfica, a Cáritas especialmente, colaboran con campañas de solidaridad, atienden a familias que les llegan con alguna petición económica, etc. Pero son acciones dispersas y puntuales. No hay un programa de formación y acción solidaria sistemático, realista y ambicioso. Nos conformamos con repartir un tanto por ciento muy pequeño del dinero que depositan los hermanos en su cofradía.

El camino que cada hermandad ha de recorrer para concretar cómo ha de actualizar esa vocación de todo cristiano es diverso. Cada hermandad es un mundo, cada ámbito social en el que se inserta es distinto, cada parroquia o realidad eclesial en la que está incardinada es diferente, y, por tanto, cada hermandad habrá de buscar cómo, dónde y con quién ha de ir realizando la vocación a la caridad que Dios le hace. Pero podemos señalar algunas pistas y algunos peligros.

Un peligro a evitar es el de los protagonismos. De este riesgo no está exenta de ninguna de las instituciones de la Iglesia y ninguno de los cristianos y cristianas del mundo. Pero la relevancia de la dimensión pública de las cofradías las hace especialmente vulnerables a esta tentación. Cuando se asumen las acciones solidarias pensando excesivamente en el prestigio social que conllevan se inicia un camino que hace inviable y estéril la solidaridad. En vez de crear comunión y testimonio se crean recelos, envidias y enfrentamientos. No será difícil reconocer muchas acciones solidarias que se han frustrado porque se ha establecido una guerra de protagonismo entre diversas hermandades, o entre hermandades y parroquias o grupos de Cáritas. Solos no podían, y no querían perder el protagonismo de la propia institución. El resultado, los pobres salieron perjudicados.

El referente constante de la acción solidaria de las hermandades ha de ser Cáritas; tanto la Cáritas diocesana, como la Cáritas arciprestal, como la parroquial. Los protagonismos sólo sirven al fracaso y al anti-testimonio; y por eso hemos de contar siempre con la experiencia, la sensibilidad social y la estructura de Cáritas para orientar nuestro compromiso social”.

En cualquier caso, no sólo Cáritas ha de mover a la acción de nuestras corporaciones, también hay otras realidades sociales que merecen consideración como los colectivos que ayudan a la drogodependencia, el alcoholismo, la violencia de género, las exclusiones sociales, etc…, y que merecen toda nuestra atención y preocupación, como promotores de lo que fue la vida y el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.

martes, 7 de febrero de 2012

SUEÑOS DE AZAHAR


Los últimos rayos de sol de la tarde, delataban mirando al reloj, que el invierno empezaba a dejarnos el regalo de la luz durante algunos minutos más. El tiempo necesario, para darle un sitio a cada cosa, para que el lento transcurrir de las emociones, se pelearan por ser vida, por ser testigo de lo que ha de venir para gozo de todos.

Como el niño que mira el escaparate de una pastelería, así amanece la mirada del cofrade que ansía la Cuaresma como el preludio de esa sinfonía de sensaciones, que pretenden envolver no solo la vista, sino también el tacto, el oído, el olfato y el gusto. Es en esa lucha por ganarle tiempo a la noche, donde se desarrolla la batalla entre lo carnal y lo divino, cuando surge la vida templada del atardecer brillante, ese cuya brisa todavía fría, nos envuelve en cuerpo y alma.

En ese clima de desasosiego se estremece el árbol del naranjo, testigo de nuestro caminar por la esperanza en vivir una nueva semana de pasión, muerte y resurrección. Fruto de la sabia naturaleza, que nos quiere premiar con su inconfundible aroma, surge la flor del azahar; esa que también apreciamos por su belleza y por sus otras propiedades terapéuticas. Propiedades para sanar el espíritu y protegerlo de todo mal.

Sueña el azahar con una noche cerrada, un paso de palio levemente mecido al compás de la música; una bulla en la calle; sueña con la luz de la luna reflejada en las hojas que lo rodean; con llenar las ánforas entre varales de un paso de Virgen o ser petalada que cubra su manto al pasar por su barrio. No le tiene miedo al incienso, en la pugna por ser más aromático, porque su fragancia verdadera y pura no precisa más que de una leve brisa que mueva sus tallos para desprender todo su poder. El gran poder de su presencia en las calles y plazas, llega cada Cuaresma con su programa de actos, especialmente preparados para esta fecha. No necesita de un pregonero, ni de un librito de mano, se anuncia solo y como dijera Antonio Machado al glosar la primavera, “….ha venido y nadie sabe como ha sido….”.

Así llega para quedarse en la historia de nuestras vidas, clavado en el aroma de nuestra continuada estación de penitencia, con los clavos de la pasión que en ella ponemos, con la esencia sutil de su presencia que llena las vivencias del cofrade, como terciopelo blanco y verde, bordado en oro.

!! Ay, Azahar ¡¡, tú no me dejes solo, espera mis pasos en la madrugá, reconforta mi espíritu con tu infinita dulzura, reconforta mi dolor, sana mis heridas, ayúdame a soportar el peso de la cruz, acaricia mi cuerpo mancillado, cubre mis pies descalzos con tus pétalos y al final de mis días, llena mi sudario con tu perfume, para transitar hacia la vida eterna embriagado de ti…

Soñaba el Azahar ….

domingo, 5 de febrero de 2012

DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MI


Me interesa exponer a continuación una lectura del Evangelio según San Marcos, para luego explicar qué sentido tiene ponerlo en este Blog:

Marcos 10,2-16

En aquel tiempo, 2 se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús para ponerlo a prueba:

- ¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?
3 Él les replicó:

- ¿Qué os ha mandado Moisés?
4 Contestaron:

- Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio.
5 Jesús les dijo:

- Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. 6 Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. 7 Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer 8 y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.

10 En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. 11 Él les dijo:

- Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. 12 Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.

13 Le presentaron unos niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban.

14 Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:

- Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios. 15 Os aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.

16 Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.


Para la creación de un Cofrade, hay que beber desde pequeño, las fuentes que alimentan el espíritu del mismo, el ejemplo de sus padres, hermanos y el resto de familia cercana, amigos, etc… Esa túnica que cuelga del armario, esperando ser parte de la herencia familiar, de las tradiciones que constituyen seña de identidad y catequesis permanente del niño, que mira con ilusión y ansiedad el momento de ponérsela.

Mas allá de entender que la formación en la Escuela de nuestros pequeños hoy en día, es totalmente laica, salvo el tipo de Colegio, al que eventualmente, pudiéramos llevar a nuestros hijos, y que son regentados por alguna congregación religiosa; para la raíz de un futuro cofrade es necesario “predicar con el ejemplo”, inscribiendo a nuestro pequeño/a, a la Corporación a la que pertenezcamos, para que poco a poco, año a año, nos acompañe en nuestra Estación de Penitencia, o vaya asumiendo alguna posición en la composición del cortejo.

Al margen de ello, las Hermandades y Cofradías, deben incidir en la formación cofrade desde la época de Catequesis pre y post comunión, también en la preparación de la Confirmación, en las Escuelas de Padres, etc.., en colaboración con la Parroquia correspondiente; pudiendo también llevar a cabo charlas o conferencias en los Colegios, no solo sobre el ya necesario espíritu cofrade, si no también, sobre la cultura que implican las obras de Arte y su Historia, en el seno del patrimonio cofrade, para que se vayan familiarizando con estas cuestiones.

Como podéis comprobar, la labor que resta por hacer de nuestras corporaciones, es muy completa, y se ha de extender mas allá de la propia Semana Santa.

Que así sea…

viernes, 3 de febrero de 2012

FOLKLORE DE LAS COFRADÍAS DE SEVILLA


El Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla ha publicado en su Colección de Bolsillo la séptima edición de "Folklore de las Cofradías de Sevilla", escrito por el genial periodista Antonio Burgos.

Antonio Burgos (Sevilla, 1943) es uno de los primeros articulistas españoles. En el sentido jerárquico, por su estilo propio y su indiscutible maestría, avalada por premios como el Mariano de Cavia, el Pemán o el Larra; y en el sentido cronológico, por su condición de pionero en diversos géneros. Es también, desde su inicio como periodista hace más de 30 años, una de las voces más significadas en la defensa de Andalucía, cuya cultura, tradición y significado histórico han presidido su extensa obra periodística y literaria. Su ensayo Andalucía, ¿Tercer Mundo? fue clave para el resurgir del sentimiento autonómico andaluz..

En su novela Las cabañuelas de agosto (Premio Ateneo de Sevilla 1982) narró el asesinato de Blas Infante, historia que continuó en Las lágrimas de san Pedro. En El contador de sombras evoca la realidad de los pueblos andaluces y El contrabandista de pájaros obtuvo el Premio Ciudad de Marbella, concedido por un jurado presidido por Camilo José Cela. Otras obra suyas son Guía secreta de Sevilla, Folklore de las cofradías de Sevilla, Sevilla tuvo que ser (con prólogo de Manuel Halcón), Sevilla en cien recuadros (con prólogo del arzobispo Carlos Amigo Vallejo), Mirando al mar soñé, Reloj no marques las horas... A la Semana Santa de Sevilla ha dedicado últimamente las obras Guía apasionada de la Semana Santa y Diccionario Secreto de la Semana Santa. Su biografía novelada Curro Romero, la esencia, ha constituido un "best-seller". Recientemente ha publicado Jazmines en el ojal, con prólogo de María Dolores Pradera. Su primer libro fue la obra poética "Palabra en el vacío", publicada por la colección Alcaraván de Arcos de la Frontera, con prólogo de Rafael Montesinos. Fue de los primeros autores en la reivindicación cultural de la copla andaluza, dedicando en 1980 a Rafael de León la biografía y antología Rafael de León, poemas y canciones. Es también autor de la letra de numerosas canciones (Habaneras de Cádiz, Habaneras de Sevilla, Va por usted, Lola de España, etc.) que cantan Rocío Jurado, Carlos Cano y María Dolores Pradera, entre otros intérpretes. Ha escrito muchas letras de Carnaval, colaborando con Antonio Martín en el Coro de la Viña, con el que obtuvo dos primeros premios en el Concurso del Teatro Falla de Cádiz, con los coros "Takatá, chin,chin,pom,pom" y "Bátmonos que nos vamos", y segundo y tercer premios con los coros "A Venecia del tirón" y "Los pájaros". Anteriormente había sido en 1988 pregonero del Carnaval de Cádiz, ciudad a la que está muy vinculado y la que ha dedicado innumerables textos literarios y periodísticos, así como la letra de las "Habaneras de Cádiz", por las que le nombró Hijo Adoptivo tras la petición popular de los gaditanos, que recogieron más de 5.000 firmas para pedir que el Ayuntamiento le concediera distinción.

El libro que traemos hoy aquí a nuestros bloggeros, es ya un clásico entre las obras sobre la Semana Santa de Sevilla., Publicado por vez primera en 1972, recoge una serie que con el título de "El habla cofradiera" apareció en la prensa sevillana en 1966, y que dio origen a la costumbre de editar los actuales coleccionables de la Cuaresma. La obra ha venido reeditándose ininterrumpidamente desde entonces y figura ya en todas las bibliografías sobre asuntos cofradieros de Sevilla y de Andalucía.

En esta obra, Burgos hizo una primera aproximación desmitificadora al mundo de capataces y costaleros, cuando las cuadrillas estaban todavía formadas por los que hoy se recuerdan como "los profesionales" y aún no habían entrado los hermanos costaleros bajo las parihuelas. Aparte de ser el primer aporte etnográfico y lingüístico sobre este tema, tiene además el valor de documento sobre una época de la Semana Santa, la crisis de los últimos años del franquismo, cuando no podía adivinarse el esplendor actual de hermandades, cofradías, costaleros y todo lo relacionado con la gran fiesta religiosa de Sevilla.

Entiendo que es una lectura obligada para aquellos que les guste la Semana Santa en general, y la de Sevilla en particular.

Lo vais a disfrutar sin duda alguna.

miércoles, 1 de febrero de 2012

MADERA DE CEDRO REAL


Es posible que alguna vez nos hayamos parado a pensar cuál es la materia prima con la que en la mayoría de los casos se tallan las imágenes que nos rodean, ya sean de Cristos o de Vírgenes, o de los pasos que acogen crucificados, nazarenos, misterios o palios. Dejando al margen los trabajos en escayola, o las tallas en madera surgidas de moldes o máquinas, el imaginero o escultor de imágenes en madera, suele utilizar un material procedente de un árbol en concreto: el cedro real.

Aunque se considera como cedro real al Cedrela odorata, hay mas de 60 variedades de plantas con características muy similares consideradas como cedro. El Cedro crece en los bosques húmedos de América, desde México, Centro América, Las Antillas, hasta Perú, Ecuador, Brasil y Las Guyanas.

El Cedro es un árbol que mide entre 20 a 30 metros de altura. El tronco puede alcanzar más de un metro de diámetro, frecuentemente estriado longitudinalmente. La corteza externa es de color café claro con fisuras verticales ásperas y la interior es de color rosáceo. Es de ramas lisas, copa grande, alta redondeada, las hojas son grandes, caedizas y están compuestas de 10-30 foliolos oblicuamente lanceolados . El fruto es una cápsula de muchas semillas aladas. Las flores, en inflorecencias, son pequeñas y con un olor característico algo desagradable que recuerda al del ajo. El fruto es una cápsula de muchas semillas aladas. La madera es de color rojizo a moreno claro, de grano fino, compacta, ligera, aromática, fuerte, durable en el interior, resistente a los insectos, estable y fácil de trabajar.

Se utiliza para fabricar muebles finos y puertas. Muy usada en ebanistería, instrumentos musicales, esculturas y tallados, también en aeromodelismo, juguetes y artesanía, chapas y molduras, aparatos de precisión, cajas para tabacos y otros muchos. La infusión que se obtiene del cocimiento de sus hojas, raíz y corteza se usa como medicina casera contra la bronquitis, dispepsia, indigestión, fiebres, diarrea, vómitos, hemorragias y epilepsia.

Las semillas poseen propiedades vermífugas, especialmente para eliminar lombrices. Se le aprecia como planta de sombra y ornamento. Su madera posee un perfumado aroma, producido por un aceite volátil. Crece en climas húmedo-cálidos, con una precipitación pluvial anual de 1,500 a 5,000 mm. Con una estación seca definida. Se desarrolla en altitudes de 0 a 1,300 m. Necesita suelos profundos, frescos y bien drenados, preferentemente en valles, aunque también crece en suelos arcillosos o calizos.

Recomendaciones para el tallado en madera:

Las maderas más convenientes para el tallado en madera son el cedro y el algarrobo. El algarrobo es duro y no tiene vetas marcadas, lo que ayuda a trabajarlo con al gubia. El cedro es más blando pero fibroso, por lo que debemos tener más cuidado al trabajarlo. Es excelente si está bien estacionado. También puede usarse el pino común que es de mala calidad, el ciprés, la lenga , etc. También puede utilizarse el MDF o aglomerado.

Las herramientas que se usan normalmente en la talla son las gubias y los formones. Deben ser de buena calidad, pues las baratas no duran y dificultan el trabajo más que ayudarlo. Una herramienta bien afilada no solo resulta más efectiva, sino que es menos peligrosa porque evita el exceso de fuerza. Existen diferentes modelos de gubias, dependiendo del uso que queramos darles.

Los materiales de acabado son muy importantes, porque son los responsables de la forma cómo se verá nuestra pieza. Puede emplearse un mini torno para acceder a los rincones y lograr un mejor acabado. Las restantes superficies se lijan con distintas lijas, hasta llegar al lijado final.

Para el acabado del tallado en madera, primero pasamos una mano de crema para cueros incolora, y lustramos bien. Luego podemos pintar el fondo del tallado con barniz al agua oscuro, para que resalte el dibujo. Terminamos pasando nuevamente la crema para cueros, y lustramos con un paño.