martes, 30 de octubre de 2012

LA COFRADÍA DE LAS ÁNIMAS BENDITAS EN DON BENITO




Relieve de las Ánimas Benditas - Capilla lateral - Iglesia de Santiago (Don Benito)

En estos días, donde el sentir popular nos lleva de nuevo, a recordar a nuestros antepasados, acudiendo al Cementerio con velas y flores, con oraciones y plegarias, para permanecer unos instantes en la intimidad de una mística conversación con ellos, no podemos olvidarnos de lo que representan las Ánimas Benditas del Purgatorio, y el culto que se les ha profesado en Don Benito, en forma de Cofradía.

Extractamos a continuación,  los datos que nos dejó Don Delfín Martín Recio, (Párroco de Santiago)  en su libro de “Santiago: Una Parroquia con Historia):
“La devoción y el amor del pueblo cristiano a las Ánimas del Purgatorio es un hecho muy hondamente arraigado en nuestra conciencia. Coinciden y se potencian en él los sentimientos humanos con los dogmas cristianos del Purgatorio y la Comunión de los Santos.
 
Por ello y de modo indefectible en todas las parroquias está muy presente el culto y devoción a las Ánimas Benditas. Nuestros fieles piden, exigen, unos días para honrar a sus difuntos y unos lugares donde depositar sus ofrendas. En las parroquias más populosas, se precisa al menos una persona o grupo, que atienda y de orientación adecuada a sus peticiones y sus ofrendas. Esta peculiar actividad, dio origen a las Cofradías de las Ánimas.
 
 Los Mayordomos de estas Cofradías vienen a ser como los administradores de los bienes materiales, que los fieles dan para que se hagan oraciones, se celebren misas, o se repartan limosnas, en sufragio por las Ánimas Benditas.
  Las fuentes de esos bienes materiales son:
  • Limosnas o donativos que los donantes ponen en los cepillos de las iglesias o en las colectas que la Iglesia hace para el caso.
  • Pías fundaciones, formalidades ya jurídicas de un dinero que oficialmente se deposita, para que con sus réditos se hagan determinados cultos con una intención concreta.
  • Gravámenes de bienes inmuebles de personas concretas por un tiempo determinado o indefinido, para que con los intereses o frutos de esos bienes gravados se atienda a la voluntad piadosa del que hizo conscientemente ante Juez o Notario. Se llaman Censos.
 
Como se aprecia fácilmente, se trata de algo muy delicado, que sólo debe ponerse en manos de personas solventes y de conciencia muy recta. También siempre fueron fuente de ingresos las Misas del apuntamiento. Naturalmente los Mayordomos de esta Cofradía son sacerdotes, y su tiempo no es de Visita pastoral a Visita pastoral, sino a plazo más largo.
 
Concretamente, en la Parroquia de Santiago, la Cofradía de Ánimas aparece en las listas de asociaciones y cofradías primeras que se encuentran en la Iglesia.
 
En la Visita Pastoral del 3 de mayo de 1583, el Sr. Visitador Ldo. Navas de Arévalo, con Don Salvador Sánchez de Secretario, nombra a Don Miguel Sánchez Valadés, sacerdote, Mayordomo para las Ánimas del Purgatorio.
El 4 de febrero de 1602, en la Visita Pastoral del Excmo. Sr. Obispo Don Pedro González de Acevedo, llevando de secretario a Don Juan González, se nombra al sacerdote Rodrigo Herrera, Mayordomo de las Ánimas.
 
Así y de manera muy normal se van sucediendo los mayordomos. En cada visita debían presentar el resultado de su gestión, al correspondiente Sr. Visitador. En las actas nada se dice de esta Cofradía. El volumen de administración cada año, venía a ser unos 400.000 maravedíes.
 
Había por entonces muchos sacerdotes en Don Benito, y algunos pasaban penurias económicas. El mayordomo procuraba atenderles con estipendios de misas y de forma muy especial. También cuidaba de las exequias y funerales de estos necesitados. Pasando el tiempo, pasaron tales responsabilidades a la Cofradía de San Pedro.
 
Los problemas más corriente que presentaban estas cofradías derivaban de las últimas voluntades testamentarias, sobre todo los censos. Había censos temporales, que cesaban. Otros que pagaban mal, tarde o no pagaban. En fin que era necesario de tiempo en tiempo repasar el estado de estas cosas y ponerlas al día, en la medida de lo posible.
 
Así en la Visita pastoral de 1688, el Visitador Don Alonso Gil Balero de Ortega, abogado de los Reales Consejos, en nombre del Obispo de Plasencia, Don Francisco José Jiménez de Samaniego, manda llamar a Juan Hurtado Trejo, presbítero mayordomo de la Cofradía de Ánimas y le mandó hacer nuevos deslindes de las heredades que están hipotecadas por las escrituras del censo que la dicha cofradía tiene, contra diferentes vecinos de este lugar y contra otros de la jurisdicción de la Villa de Medellín.
 
Cumpliendo los mandatos del Sr. Visitador, las escrituras censuales, que la dicha Cofradía tiene son las siguientes:
 
Primeramente una censual contra la persona y bienes de Juan Vanda, vecino de este lugar de Don Benito, de principal de doscientos cuarenta reales de censo al que redimir y quitar, y de rédito en cada año 12 reales, que pagar a la Cofradía.
A este tenor van pasando censos, sobre casas, sobre dos fanegas de tierra, sobre mil cepas de viñas, etc. Algunas son verdaderamente curiosas.
 
Otra escritura censual contra la persona y bienes de Gonzalo Guisado y Juana Fernández, su mujer, vecinos que fueron de la Villa de Medellín, de cantidad la principal cuarenta ducados en que se obligaron a pagar en cada año de renta y censo un setenta y un maravedíes, a razón de catorce el millar, son al cabo vecinos de la ciudad de Guareña, que está en las provincias de la Nueva España de las Indias, pagadas por San Juan y Navidad cada un año.
Se terminó este censo, el 28 de agosto del año 1672.
 
Por el inventario se ve que la Cofradía de Ánimas funcionaba normalmente: pero datos concretos de cuenta no hay hasta el 6 de febrero de 1816.
 
Vienen después como unas normas a tener en cuenta. Muchas de ellas ya se observaban años antes y formaban tradición. Hay algunos detalles nuevos, que son muy interesantes. Por ejemplo:
  • Todos los mayordomos de esta Cofradía han de ser sacerdotes.
  • La Cofradía se nutre de los censos y mandatos de los testamentos; número de misas a decir, o misas perpetuas, que tantos problemas dieron siempre.
  • Del funeral y procesión que se hace todos los lunes.
  • De la cera que se vende o se alquila, de donaciones.
  • De pedidores de Ánimas de día y de noche. Iban por las calles a primeras horas de la noche y hacían sonar una campanilla, en las puertas y en las calles, al final partían lo recaudado con la Cofradía.
  • Del día del Ramo y de los Corpus, misas de apuntamiento.
  • De moneda mala: las monedas defectuosas las vendían a peso.
  • Aniversarios solemnes con vestuario y sermón. Ya comenzaron a asistir los de la Cofradía de San Pedro y reciben sus donativos.
  • Las misas que se dicen por los difuntos. Se les suele dar a los sacerdotes necesitados (Estipendio 4 reales).
 El último mayordomo que tenemos referencia es del año 1819, Don Juan Rodríguez de Mera, presbítero. Después de estas fechas, aparece por los libros de Mayordomía de Ánimas, el nombre de Don Francisco Fernández Cavedo, un perfecto, digno, y honrado caballero, pero ya no es sacerdote. Comienza a perderse aquella Cofradía de Ánimas tan rigurosa y observante”.


 Capilla a la derecha de la foto, en el inicio de la calle Villanueva
- Foto Disancor de finales de los sesenta -

Estado actual de la Capilla

Hoy nos queda el testimonio en la Iglesia de Santiago de Don Benito,  de lo que fue la devoción a las Ánimas Benditas, en la portada del  Evangelio o portada Norte, que presenta un amplio vano de medio punto y un acanto timbrado en la clave central. Las columnas tienen capitel de orden corintio y fuste liso, clara muestra del clasicismo herreriano, y están colocadas sobre plinto sin decoración. Las portadas llevan un frontón curvo con pirámide estilizada que enmarcan un templete coronado por otro frontón que en este caso recto. Dentro del templete podemos ver una hornacina de medio punto, carente de imagen,. Esta portada está fechada en 1598. 

En esta fachada podemos apreciar dos vanos que pertenecieron a dos antiguas capillas destruidas durante la Guerra Civil, y actualmente podemos ver la Capilla dedicada a las Benditas Ánimas fundada en 1632 que perteneció a una capilla interior dedicada a la Virgen de las Cruces, patrona de Don Benito. Como se puede apreciar en la parte superior se conservan gárgolas utilizadas como elemento artístico para decorar desagües.




POR QUÉ Y PARA QUÉ REZAR POR LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO?

Retablo cerámico de las Ánimas Benditas del Purgatorio  
ubicado en la Iglesia Parroquial de San Pedro (Sevilla)
perteneciente a la Hermandad del Santísimo Sacramento 
y Ánimas Benditas del Purgatorio con sede en esta Parroquia.
 

El gran Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos amemos los unos a los otros, genuina y sinceramente. El Primer Gran Mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas. El Segundo, o mejor dicho el corolario del Primero, es amar al prójimo como a nosotros mismos. No es un consejo o un mero deseo del Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la base y esencia de Su Ley. Es tanta la verdad encerrada en esto que El toma como donación todo aquello que hacemos por nuestro prójimo, y como un rechazo hacia El cuando rechazamos a nuestro prójimo.

Leemos en el Evangelio de San Mateo (Mt 25:34-46), las palabras de Cristo que dirijirá a cada uno en el Día del Juicio Final.

Algunos católicos parecen pensar que su Ley ha caído en desuso, pues en estos días existe el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada uno piensa en sí mismo y en su engrandecimiento personal.

"Es inútil observar la Ley de Dios en estos días", dicen, "cada uno debe mirar por sí mismo, o te hundes".

No hay tal cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por siempre tendrá fuerza de ley. Por eso, es mas que nunca necesaria, mas que nunca nuestro deber y por nuestro mayor interés.

Estamos moralmente obligados a rogar por las ánimas benditas

Siempre estamos obligados a amar y ayudar al otro, pero cuanto mayor es la necesidad de nuestro prójimo, mayor y más estricta es nuestra obligación. No es un favor que podemos o no hacer, es nuestro deber; debemos ayudarnos unos a otros.

Sería un monstruoso crimen, por caso, rehusar al poder y desposeído el alimento necesario para mantenerse vivo. Sería espantoso rehusar la ayuda a alguien en una gran necesidad, pasar de largo y no extender la mano para salvar a un hombre que se está hundiendo. No solamente debemos ayudar cuando es fácil y conveniente, sino que debemos hacer cualquier sacrificio para socorrer a nuestro hermano en dificultades.

Ahora, qué puede estar más urgido de caridad que las almas del Purgatorio? Qué hambre o sed o sufrimiento en esta Tierra puede compararse con sus mas terribles sufrimientos? Ni el pobre, ni el enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro alrededor necesitan de tal urgente socorro. Aún encontramos gente de buen corazón que se interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente encontramos a gente que trabaja por las Almas del Purgatorio!
Y ¿quién puede necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden estar nuestras madres, nuestros padres, amigos y seres queridos.

Dios desea que las ayudemos

Ellas son los amigos más queridos. El desea ayudarlos; El desea mucho tenerlos cerca de Él en el Cielo. Ellas nunca más lo ofenderán, y están destinadas a estar con Él por toda la Eternidad. Verdad, la Justicia de Dios demanda expiación por los pecados, pero por una asombrosa dispensación de Su Providencia El pone en nuestras manos la posibilidad de asistirlos, El nos da el poder de aliviarlas y aún de liberarlas. Nada le place más a Dios que les ayudemos. El está tan agradecido como si le ayudáramos a El.

Nuestra Señora quiere que los ayudemos

Nunca, nunca una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus hijos fallecidos, nunca nadie consuela como María busca consolar sus sufrientes niños en el Purgatorio, y tenerlos con Ella en el Cielo. Le daremos gran regocijo cada vez que llevamos fuera del Purgatorio a un alma.

Las benditas animas del purgatorio nos devuelven el mil por uno

Pero qué podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas? Sería prácticamente imposible de describir su ilimitada gratitud con para aquellos que las ayudan! Llenas de un inmenso deseo de pagar los favores hechos por ellas, ruegan por sus benefactores con un fervor tan grande, tan intenso, tan constante, que Dios no les puede negar nada. Santa Catalina de Bologna dice :"He recibido muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho mas grandes de las Santas Almas (del Purgatorio)".

Cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierrra, su gratitud no conoce límites. Postradas frente al Trono de Dios, no cesan de orar por aquellos que los ayudaron. Por sus oraciones ellas protegen a sus amigos de los peligros y los protegen de los demonios que los asechan.

No cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo, y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos.

Si los católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se aseguran con sólo ayudar a las Animas benditas, no serían tan remisos de orar por ellos.

Las animas benditas del purgatorio pueden acortar nuestro propio purgatorio

Otra gran gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y fácil Purgatorio, o su completa remisión!

San Juan Masías


San Juan Masías, sacerdote dominicano, tenía una maravillosa devoción a las Almas del Purgatorio. El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del Santo Rosario) la liberación de ¡un millón cuatrocientas mil almas! En retribución, el obtuvo para sí mismo las más abundantes y extraordinarias gracias y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho de muerte, y a acompañarlo hasta el Cielo.

Este hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en la bula de decretaba su beatificación.

Cardenal Baronio


El Cardenal Baronio recuerda un evento similar.
Fue llamado a asistir a un moribundo. De repente, un ejército de espíritus benditos aparecieron en el lecho de muerte, consolaron al moribundo, y disiparon a los demonios que gemían, en un desesperado intento por lograr su ruina. Cuando el cardenal les preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil almas que este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus oraciones y buenas obras. Fueron enviadas por Dios, según explicaron, para llevarlo al Cielo sin pasar un solo momento en el Purgatorio.

 Santa Gertrudis

Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir. El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para nuestros últimos minutos. Como no pudo encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa, el pensó en molestarla su beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que ella desperdició sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras almas. Pero Nuestro Señor, no contento con enviar sus Ángeles y las miles de almas que ella había liberado, fue en Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa. El le dijo a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces todos sus méritos.

Beato Enrique Suso

El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo un pacto con otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de ellos muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su alma, y otras oraciones también. Sucedió que su compañero murió primero, y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las prometidas Misas. Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al final, suficientemente seguro que su santamente muerto amigo había alcanzado el Cielo, cesó de ofrecer las Misas. Grande fue su arrepentimiento y consternación cuando el hermano muerto apareció frente a él sufriendo intensamente y reclamándole que no hubo celebrado las Misas prometidas. El Beato Enrique replicó con gran arrepentimiento que no continuó con las Misas, creyendo que su amigo seguramente estaría disfrutando de la Visión Beatífica pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones. "Oh hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la Preciosísima Sangre de Jesús lo que yo más necesito" lloraba la sufriente alma. El Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado fervor, ofreció Misas y ruegos por su amigo hasta que recibió absoluta certeza de su liberación. Luego fue su turno de recibir gracias y bendiciones de toda clase por parte de su querido hermano liberado, y muchas más veces que las que hubiera esperado.


 ORACIÓN A LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO


Animas benditas que en el purgatorio estan que dios las saque de pena y las lleve a descansar .Oración a las 13 animas benditas

“Oh, mis trece Animas Benditas, a ustedes pido por amor de Dios, que sea atendido mi ruego, Mis trece Animas Benditas, sabias y entendidas, a ustedes pido por la sangre que Jesus derramara, que mi ruego sea atendido. Mi Señor Jesucristo, que a ustedes protege, me cubra con vuestros brazos y proteja con vuestros ojos. Oh Dios de bondad, Tu que eres mi defensor en la vida y en la muerte, pido que me liberes de las dificultades que me afligen. Oh mis trece Animas Benditas, sabias y entendidas, alcanzadas las gracias que pido (peticion) quedare devota suyas y mandare publicar esta oracion y rezar un Padrenuestros y un Avemarias durante trece dias.




domingo, 28 de octubre de 2012

LA ICONOGRAFÍA DE JESÚS NAZARENO II



La Pasión del Mel Gibson


Si bien en el primer capítulo analizabamos el momento histórico, que representa esta inconografía en la pasión del Señor, en el segundo capítulo, vamos a exponer a los lectores, desde el punto de vista artístico, las distintas épocas que la representación de Jesús con la Cruz a cuestas, ha dejado para los amantes de la escultura religiosa y la imaginería. Para ello vamos a reproducir una serie de datos extraidos de la web, www.lahornacina.com


PALEOCRISTIANO 

Las representaciones artísticas de Jesús llevando la cruz no aparecieron en los primeros años del Cristianismo. Es un hecho que la representación de la cruz no se empleó hasta su hallazgo atribuido a Santa Elena en el año 335. 

Sarcófago 171 del Museo Pío Cristiano


La primera representación de Jesús con la cruz al hombro data del año 350. Se trata del Sarcófago 171 del Museo Pio Cristiano del Vaticano. En él se representa al Cirineo cargando la cruz con el patibulum hacia arriba en la primera de las cinco escenas. En la segunda figura la coronación de espinas y en la tercera aparece la cruz victoriosa techada por el crismón y flanqueada en el crucero por las aves de la resurrección. Bajo ésta aparecen dos soldados romanos dormidos guardando el sepulcro. 

Un segundo ejemplo se conserva en el Museo Británico, y corresponde a una píxide o caja en la que se representa a Jesús tomando la cruz en el Pretorio. Del siglo IX se conoce una representación de Jesús con la cruz en el Codex Aureus del Monasterio del Escorial. En éste aparece barbado, con el cabello oscuro y con la cruz también invertida.

Durante el Románico hay un gran vacío en la representación del Nazareno, pues en este periodo no se deseaba plasmar tanto los dolores humanos de Cristo, como su carácter celestial y todopoderoso. 

GÓTICO 

La verdadera contemplación del Jesucristo hombre arrancó en el Gótico allá por el siglo XIII con San Francisco de Asís. Junto a ello surgió la devoción a la Cruz y a la Sangre de Cristo. La primera de las congregaciones destinadas al culto de la Vera-Cruz fue la de Santo Toribio de Liébana en 1181. 

Una de las primeras representaciones de Jesús Nazareno del gótico se puede contemplar en la vidriera de la Redención de la Catedral de Chartres. En una de las escenas de la parte superior aparece Jesús llevando la cruz por primera vez por el patibulum. Ello responde a la nueva necesidad de transmitir una visión piadosa, más que simbólica, de la aceptación del martirio. 

 Vidriera de la Redención - Catedral de Chartres

La mayoría de las obras que reproducen este tema en estos siglos son de origen flamenco y de carácter retablístico, como el altorrelieve central del Retablo de la Santa Cruz de la Iglesia de San Lesmes de Burgos, donde se refleja más el carácter humano y dramático de la escena. 

RENACIMIENTO Y MANIERISMO

A principios del siglo XVI, aún con un poso goticista, encontramos importantes ejemplos, caso de los relieves que el escultor Damián Forment esculpió en varios de sus retablos para la Corona de Aragón. Uno de los más bellos es el Retablo Mayor de la Catedral de Huesca. En la calle izquierda se trata este tema con gran belleza y serenidad, preconizando los nazarenos barrocos.

En el Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla se puede contemplar también una escena de Jesús con la cruz al hombro, obra de Jorge Fernández Alemán (1518-1526). Se trata de la más antigua de la ciudad y plantea la escena con cierto carácter simbólico, con la imagen de Cristo abrazado a la cruz invertida y con gran serenidad en la expresión.

Aunque arrancara en el Gótico, encontramos en el segundo cuarto del siglo XVI ejemplos de una nueva representación de Jesús como fuente de vida abrazado a la Cruz y exprimiendo la llaga de su costado como el del Retablo de San Pedro de la Catedral de El Burgo de Osma (Soria). Para encontrar una escena de gran formato habría que esperar al año 1587, cuando Juan de Oviedo y de la Bandera esculpió el Relieve para el Convento de Santa María de Jesús (Sevilla), repitiendo la fórmula del nazareno abrazando la Cruz por el stipes.

Nazareno con cruz al hombro (Jorge Fernandez Alemán)
Retablo Mayor Catedral de Sevilla

 No será hasta mediados del siglo XVI cuando aparecerá la imagen de Nazareno de bulto redondo y con marcado carácter devocional. Muchas de estas imágenes se realizaban íntegras, ahuecándose en los casos en que estaban destinadas a procesionar. Es entones cuando destacó la figura de Pablo de Rojas como el creador del Nazareno procesional andaluz. Rojas se convirtió en el eslabón que enlazó el romanismo manierista con el naturalismo barroco, revitalizando la imagen procesional, tradicionalmente asignada a escultores menores. Una de sus mejores es el Nazareno de Priego de Córdoba, aunque ha llegado a nosotros mutilado para ser vestido y con pelo natural.

 
Nazareno de Priego (Córdoba)
No es hasta el último cuarto del Quinientos cuando están documentados los primeros concebidos para ser vestidos. Estos solían tener el cuerpo realizado en pino, desbastado o anatomizado de forma muy somera. Estaban también provistos de articulaciones en codos y hombros para permitir asirse al madero. Uno de esos cristos es el Nazareno de Utrera de Marcos Cabrera, fechado en 1597. Otro ejemplo es el Nazareno de las Tres caídas de Triana (Sevilla), de autor anónimo pero atribuido a Juan Bautista Vázquez el Viejo. Representa la iconología apócrifa de las tres caídas, tema de marcado carácter piadoso de origen en el Gótico.

Cristo de las Tres Caidas - Triana (Sevilla)

 Nazareno de Utrera (Sevilla)

Dos nazarenos de marcados rasgos manieristas son el Nazareno de la Corona y el Nazareno del Silencio, ambos también en Sevilla: el primero, propiedad de la Iglesia del Sagrario de la capital hispalense, posee una postura forzada para ser contemplado desde un único punto de vista lateral. Plantea al Nazareno abrazado al stipes soportando el peso sin aparente esfuerzo físico, como si alzara un estandarte que pregonara su victoria sobre el pecado y la muerte; el segundo, obra de Francisco de Ocampo hacia 1609-1611, a diferencia del anterior está concebido como imagen procesional y posee un marcado contraposto muy elegante y contenido, pues es una síntesis entre las fórmulas manieristas y realistas influenciadas por Montañés.

 Cristo de la Corona (Sevilla)

 Nazareno del Silencio - Sevilla



PROTO-BARROCO Y BARROCO NATURALISTA

Debe situarse al sevillano Nazareno de Pasión, obra de Martínez Montañés fechada hacia 1610-1615, como pieza clave para entender la iconografía del Nazareno desde entonces hasta nuestros días. La magistral imagen, anatomizada íntegramente, está marcada por un claro clasicismo. Su paso firme y equilibrado transmite una visión idealizada de Cristo carente de patetismo, que invita más a la reflexión e introspección que a la compasión. 


Jesus de Pasión (Sevilla)
 Jesus del Gran Poder (Sevilla)

El salto hacia el dramatismo barroco lo dará Juan de Mesa y Velasco, quien en 1620 esculpió la reconocida imagen de Jesús del Gran Poder. El lenguaje artístico ha cambiado diametralmente con esta obra, rompiendo con el clasicismo para presentar una impresionante y dramática talla que adelanta el cuerpo con una marcada zancada. Unido a la dinámica composición del cuerpo se plantea la cabeza con gran dramatismo expresivo, gracias a los potentes claroscuros que dibuja la gruesa corona de espinas y la movida cabellera. Mesa sabiamente equilibró el dramatismo de la efigie planteando el rostro y manos con gran serenidad de claro origen montañesino.

 Nazareno de Valladolid

Si bien en Castilla Gregorio Fernández no labró ninguna imagen de Jesús Nazareno, pues allí se preferían temas pasionistas con mayores recursos patéticos, se procesiona en Valladolid una pieza de talla completa atribuida por José Martín González a Juan Antonio de la Peña (hacia 1675). Pudiera ser considerada ésta una hipotética imagen inspirada en otra realizada por Gregorio Fernández. Se trata de un Nazareno plásticamente un tanto duro, de clara inspiración flamenca pero conjugada sutilmente con una indudable serenidad y armonía italiana tanto en la composición como en su bello rostro.

REALISMO BARROCO Y ROCOCÓ

Con la llegada de José de Arce a Sevilla en el año 1636 se introdujeron las nuevas fórmulas europeas de formas ampulosas y dinámicas. Atribuido a este escultor flamenco es el Nazareno de Santiponce (Sevilla), de gesto crispado y dramático. Su autor planteó carnes y cabellera a base de grandes planos compactos de carácter pictórico. En esta obra, el detalle naturalista de principios del siglo XVII se ha perdido para potenciar el realismo expresivo.

Nazareno de Santiponce (Sevilla)


Andrés Cansino, discípulo de Arce, recreó en su Nazareno del Viso del Alcor (Sevilla) los mismos signos que el anterior pero con mayor serenidad. De esta fusión entre el naturalismo sevillano y las formas europeas surgió también la arrolladora personalidad de Pedro Roldán, cuya principal aportación a la iconografía es el Nazareno de la O, realizado para la cofradía homónima de Triana. Esta imagen, de compactos cabellos y serena expresión, propone a Cristo encorvado por el peso del madero, pero con el rostro resignado y un marcado carácter devocional.

Nazareno del Viso del Alcor

 Nazareno de la O (Sevilla)

Otro impresionante simulacro es el Nazareno de Sisante (Cuenca), labrado por Luisa Roldán. Fue esculpido hacia 1695, siendo encargado por Carlos II para ser regalado al papa Inocencio XI. Debido a la muerte del monarca, el encargo se truncó y la imagen quedó en propiedad de su autora. La escultura es un claro anticipo de las fórmulas del rococó, debido a la blandura de su modelado y ejecución a base de amplios volúmenes.


Nazareno de Sisante (Cuenca)

Ya en pleno siglo XVIII, debemos destacar el Nazareno de la Caída, que forma parte de un conjunto procesional labrado por Francisco Salzillo para Murcia. Esta imagen, tan espléndida como el resto de su grupo escultórico, busca potenciar el realismo a través de un certero modelado de las carnes y haciendo uso de cabello y pestañas postizas. La blanquecina policromía resalta los valores escultóricos y resalta el carácter pictórico de la imagen.

Nazareno de la Caida (Murcia)


Otra interesante obra del periodo es el Nazareno de Estepa (Sevilla), atribuido fehacientemente al escultor castellano Luis Salvador Carmona. Se trata de una pieza provista de un marcado refinamiento dieciochesco, esmerada técnica escultórica y grisácea policromía. Más acorde aún con los gustos academicistas es el Nazareno de Santa Cruz de la Palma (Santa Cruz de Tenerife) que recibe culto en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, obra del prestigioso imaginero canario Fernando Estévez del Sacramento.

Jesús Nazareno de Estepa

SIGLOS XIX, XX y XXI

El siglo XIX no fue muy fecundo para la representación del Nazareno, y hasta llegar al XXI en su mayoría principalmente las creaciones cristíferas están basadas en los prototipos del Nazareno del Gran Poder y Jesús de la Pasión, desarrollando un nuevo periodo conocido como neobarroco.

La gran ruptura la realizó Mariano Benlliure Gil, el cual, educado en el clasicismo y el realismo, fundió ambas tendencias en un estilo poco evolutivo, pero muy efectista, con cierta influencia de la plástica modernista. Entre sus mejores creaciones cristíferas habría que destacar el Nazareno del Paso de Málaga. Con esta versión nos presenta una imagen de Cristo de gran realismo y fiel a la hora de recrear los rasgos propios de los nativos de Judea. En Zamora procesiona el conjunto llamado Redención, que incluye otro Nazareno de Mariano Benlliure ejecutado en el año 1931. Se trata de una imagen más abocetada que detallística que se distancia de los prototipos barrocos, adhiriéndose a unas nuevas formas de inspiración rodiniana de gran robustez y energía, tendiéndose más a la idealización que a la narración evangélica.

Nazareno de la Redención (Zamora)

Nazareno de Pasión (Málaga)
Nazareno del Cerro del Águila (Sevilla)

Prácticamente hasta nuestros días, la imagen del Nazareno ha sido una revisión de los patrones de la escuela sevillana a excepción de dos nazarenos más eclépticos de gran interés: en primer lugar, el Nazareno de Pasión de Málaga, obra de Luis Ortega Bru inspirada en el Ecce-Homo de Diego de Siloé de la Catedral de Burgos, conjuga elementos castellanos con sevillanos, como su potente zancada inspirada en el Gran Poder; en segundo lugar, el Nazareno de la Humildad que en el año 2004, en pleno siglo XXI, talló Juan Manuel Miñarro para el barrio sevillano de El Cerro del Águila. Este Cristo unifica la estética castellana, principalmente personalizada en Fernández, con la potencia y monumentalidad de la imaginería sevillana. Además, el dramatismo del bello rostro refleja las investigaciones sobre la Síndone realizadas por su autor. A su vez, es muy novedosa la fórmula de cargar la cruz sobre el hombro derecho, ciñéndose al patibulum de sección plana de una forma muy original y realista. 

REFLEXIÓN FINAL

El arte como medio de expresión y conexión entre lo humano y lo divino, cuando de representaciones religiosas estamos hablando, debe movernos a entender el verdadero sentido de la imaginería y del culto a las imágenes.

No es puro capricho, ni estética, ni supreficialidad todo lo relatado en estas dos entradas de Blog. Es historia viva de nuestras inquietudes e inclinaciones religiosas. Esas que han salido a nuestras calles y plazas, a ser catecismo vivo e intemporal. Por todo ello, cualquier iniciativa de un grupo de fieles en torno a la creación de una nueva Cofradía en el barrio de la Piedad, tiene todo el derecho y sentido a empezar a caminar. ¿Quien se atreve a ponerle puertas al campo?. No hay prisas, hay compromiso e  ilusión. Un año después se ha demostrado claremente que tras las críticas injustificadas al movimiento iniciado por Pedro Dueñas, no había alternativa creíble. Sabemos que el Párroco de San Sebastián, del cual depende la Iglesia de la Piedad, no es proclive a los movimientos cofrades o las manifestaciones de fe, específicas de la Semana Santa,  y se respeta pero no se puede compartir por parte de los cofrades. Un barrio como este, necesita de activadores de la fe, de la solidaridad, de la cultura, etc..., y una corporación de esta categoría contribuye a integrar mas que a desunir.

Desde este Blog, animo a los vecinos de la Piedad, y a los cofrades de Don Benito, a que hagan realidad su ilusión, de forma clara, sin prisa pero sin pausa, colaborando en todo con la Parroquia de San Sebastián, y sin ataduras ni miedos, porque detrás de los "vecinos de otros barrios", no hay nada, solo incapacidad, solo envidias, y egos alimentados por la pérdida de poder en el ámbito de la semana santa local, y amparados por  funciones delegadas que le vienen de fuera de nuestra ciudad, pero funciones que pasarán. No se preocupe, el tiempo pone a cada uno en su sitio.



Señor de la Salud (Don Benito) 
 Imagen titular de la futura Sexta Cofradía penitencial de la ciudad
Obra de Miguel Bejarano - 2005



SEÑOR, a ti entrego mi alma. 

 Dios mío, en ti confío,
 
por eso nunca seré humillado,
 
    y mis enemigos nunca me vencerán.

Quien crea en ti nunca será derrotado;
 
    pero en cambio, los traidores serán derrotados
 
    y quedarán con las manos vacías.

SALMO 25, Canción de David










viernes, 26 de octubre de 2012

LA ICONOGRAFÍA DE JESÚS NAZARENO I




Vamos a dedicar un par de entradas de este Blog, a la figura iconográfica de Jesús con la Cruz a Cuestas o “Nazareno”, como una de las figuras de la pasión de Cristo, mas reproducidas tras la del Crucificado. 

Con ello queremos poner en valor la existencia en nuestra ciudad de Don Benito, de esta iconografía, que con la advocación de “Señor de la Salud”, se encuentra en la Iglesia de la Piedad, a la espera de poder ser titular de una nueva corporación de penitencia, o por lo menos de  poder cumplir el objetivo por el cual fue donada en su momento por la familia Dueñas. No es momento de analizar los pros y los contras, o la necesidad de llevar a cabo esta iniciativa, pero si de dar a esta imagen, el lugar que le corresponde en la mejora de la Semana Santa de Don Benito, le pese a quien le pese. Vamos a ello:

 Señor de la Salud - Iglesia de la Piedad (Don Benito)

Jesús Nazareno (Valdehornillos)
Imagen que originariamente estuvo en la Iglesia de Santiago en Don Benito

El modelo iconográfico de Jesús con la cruz a cuestas, camino al Calvario, se conoce como “Nazareno”. Entre sus atributos particulares, el Nazareno lleva corona de espinas y un largo sayal de color morado, o la capa con que los soldados cubrieron a Cristo luego de ofenderlo y torturarlo. Sus facciones delatan el dolor inmenso que sufre; esa agonía universal e infinita que más de una vez hemos contemplado en los cuadros y retablos de nuestras iglesias.



Después de la iconografía de Cristo Crucificado, la representación de Jesús con la Cruz al hombro o Jesús Nazareno ha sido muy interpretada por el arte cristiano y ha calado profundamente como uno de los misterios pasionistas de mayor devoción. Su composición de marcha hacia delante la ha hecho muy apropiada para ser concebida como imagen procesional, además de ser capaz de suscitar un gran fervor piadoso. Si bien la evolución de esta representación no ha sido tan estudiada como la de Jesús en la Cruz, intentaremos hacer una síntesis de los momentos históricos más trascendentales y cómo su iconografía ha sido reinterpretada en contadas ocasiones.



Lectura del Evangelio según san Juan 19, 16-17

Entonces [Pilato] se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota).


MOMENTO HISTÓRICO QUE REPRESENTA


Pilato entrega a Jesús en las manos de los jefes de los sacerdotes y de los guardias. Los soldados le ponen sobre la espalda un manto púrpura y en la cabeza una corona de ramas espinosas. Durante la noche se burlan de él, lo maltratan y lo flagelan. Después, en la mañana, lo cargan con un pesado madero, la cruz sobre la que son clavados los ladrones, para que todos vean cómo acaban los malhechores. Muchos de los suyos escapan.

Cuando Pilatos salió del tribunal, una parte de los soldados le siguió, y se formó delante del palacio; una pequeña escolta se quedó con los condenados. Veintiocho fariseos armados vinieron a caballo para acompañar al suplicio a nuestro Redentor. Los alguaciles lo condujeron al medio de la plaza, donde vinieron esclavos a echar la cruz a sus pies. Los dos brazos estaban provisionalmente atados a la pieza principal con cuerdas. Jesús se arrodilló cerca de ella, la abrazó y la besó tres veces, dirigiendo a su Padre acciones de gracias por la redención del género humano. Los soldados levantaron a Jesús sobre sus rodillas, y tuvo que cargar con mucha pena con esta carga pesada sobre su hombro derecho. si ángeles invisibles ayudarle, pues si no, no hubiera podido levantarla. Mientras Jesús oraba, pusieron sobre el pescuezo a los dos ladrones las piezas traveseras de sus cruces, atándoles las manos; las grandes piezas las llevaban esclavos. La trompeta de la caballería de Pilatos tocó; uno de los fariseos a caballo se acercó a Jesús, arrodillado bajo su carga; y entonces comenzó la marcha triunfal del Rey de los reyes, tan ignominiosa sobre la tierra y tan gloriosa en el cielo. 

 Cuadro de El Bosco

Habían atado dos cuerdas a la punta del árbol de la cruz y dos soldados la mantenían en el aire; otros cuatro tenían cuerdas atadas a la cintura de Jesús. El Salvador, bajo su peso, me recordó a Isaac, llevando a la montaña la leña para su sacrificio. La trompeta de Pilatos dio la señal de marcha, porque el gobernador en persona quería ponerse a la cabeza de un destacamento para impedir todo movimiento tumultuoso. Iba a caballo, rodeado de sus oficiales y de tropa de caballería. Detrás venía un cuerpo de trescientos hombres de infantería, todos de la frontera de Italia y de Suiza. Delante se veía una trompa que tocaba en todas las esquinas y proclamaba la sentencia. A pocos pasos seguía una multitud de hombres y de chiquillos, que traían cordeles, clavos, cuñas y cestas que contenían diferentes objetos; otros, más robustos, traían palos, escaleras y las piezas principales de las cruces de los dos ladrones. Detrás se notaban algunos fariseos a caballo, y un joven que llevaba sobre el pecho la inscripción que Pilatos había hecho para la cruz. Llevaban también en la punta de un palo la corona de espinas de Jesús, que no habían querido dejarle sobre la cabeza mientras cargaba la cruz. 

Al fin venía nuestro Señor, los pies desnudos y ensangrentados, abrumado bajo el peso de la cruz, temblando, debilitado por la pérdida de la sangre y devorado de calentura y de sed. Con la mano derecha sostenía la cruz sobre su hombro derecho; su mano izquierda, cansada, hacía de cuando en cuando esfuerzos para levantarse su largo vestido, con que tropezaban sus pies heridos. Cuatro soldados tenían a grande distancia la punta de los cordeles atados a la cintura; los dos de delante le tiraban; los dos que seguían le empujaban, de suerte que no podía asegurar su paso. A su rededor no había más que irrisión y crueldad; mas su boca rezaba y sus ojos perdonaban. 


Detrás de Jesús iban los dos ladrones, llevados también por cuerdas. La mitad de los fariseos a caballos cerraba la marcha; algunos de ellos corrían acá y allá para mantener el orden. A una distancia bastante grande venía la escolta de Pilatos: el gobernador romano tenía su uniforme de guerra; en medio de sus oficiales, precedido de un escuadrón de caballería, y seguido de trescientos infantes, atravesó la plaza, y entró en una calle bastante ancha. Jesús fue conducido por una calle estrecha, para no estorbar a la gente que iba al templo ni a la tropa de Pilatos. La mayor parte del pueblo se había puesto en movimiento, después de haber condenado a Jesús. Una gran parte de los judíos se fueron a sus casas o al templo; sin embargo, la multitud era todavía numerosa, y se precipitaban delante para ver pasar la triste procesión. La calle por donde pasaba Jesús era muy estrecha y muy sucia; tuvo mucho que sufrir; el pueblo lo injuriaba desde las ventanas, los esclavos le tiraban lodo y hasta los niños traían piedras en sus vestidos para echarlas delante de los pies del Salvador.

JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS, CAMINO DEL CALVARIO


Después de haberse burlado de Jesús, los soldados le quitaron el manto de púrpura que le habían echado encima, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar la cruz detrás de Jesús.

Lo seguía una gran multitud del pueblo y también unas mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos...».

Llevaban además otros dos malhechores para ejecutarlos con él. Llegados a un lugar llamado Gólgota, que quiere decir Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores.

Este misterio propone a la contemplación y meditación del creyente el Vía Crucis o Camino de la Cruz, los pasos que dio Jesús, por las calles de Jerusalén, caminando hacia el Calvario para ser allí ajusticiado. Es normal que los sumos sacerdotes y los demás miembros del Sanedrín trataran de dar la máxima publicidad a la ejecución de Jesús en una ciudad repleta de peregrinos llegados para las celebraciones pascuales; los enemigos del Señor no podían dejar escapar la oportunidad de prolongar y magnificar ante la muchedumbre su triunfo y la humillación de Jesús, cuyos seguidores y simpatizantes debían quedar advertidos. Las únicas personas que protestaron públicamente contra esa ejecución fueron las piadosas mujeres. Como, según la tradición, fue una mujer, llamada Verónica, la que, abriéndose paso entre la muchedumbre, limpió, llena de piedad, el rostro del Señor con un velo en el que Jesús dejó grabada su Santa Faz. Ciertamente, en el profeta Isaías podemos ver la descripción del rostro de Jesús, la imagen que ofrecía en aquel momento: No tenía apariencia ni presencia, lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar; despreciable y desecho de hombres...

Cristo con la Cruz - El Greco

El Evangelio, que habla de María junto a la cruz de su Hijo, no menciona su presencia durante el camino hacia el Calvario. La cuarta estación del Vía crucis tradicional considera precisamente el encuentro de Jesús con su Madre en la calle de la amargura. Bien estuviera cerca de Jesús, en medio de la multitud, bien se mantuviera algo más retirada, lo cierto es que le acompañaba en sus dolores y sufrimientos, y sentía en su propia alma el desprecio y ultraje público de que era objeto el Hijo, y que, en definitiva, vivía con la máxima intensidad su condición de madre de aquel ajusticiado, y de corredentora de los hombres, asociada al Redentor.


EL EJEMPLO DE ESTA ICONOGRAFÍA EN LA HISTORIA DE LAS COFRADÍAS DE  SEVILLA (Madre y Maestra)

Grabado Jesús Nazareno (El Silencio - Sevilla) en libro sobre Gustave Dore.

Las cofradías de Jesús Nazareno o Jesús llevando su cruz a cuestas. Existe un hecho sobre el que queremos llamar la atención en primer lugar: la existencia de unas cofradías de la Cruz unidas a la imagen y cofradías de Jesús Nazareno, las cofradías de la Santa Cruz de Jerusalén. La mayoría de estas cofradías dan culto a una imagen de Jesús llevando su cruz a cuestas, algunas han recibido en determinados lugares algunas advocaciones propias, como es el caso de las cofradías del Gran Poder en la ciudad de Sevilla y algunos de sus pueblos. Existe otro grupo, pequeño, cuya advocación e imagen son las diferentes caídas de Jesús bajo el peso de la cruz. Queremos destacar dentro de este grupo la evolución que sufrió una cofradía de Jesús caído de la ciudad de Osuna. En ella existía, desde el siglo XVII o XVIII una cofradía de nuestro Padre Jesús Caído, cuya imagen representaba el momento en que Cristo, tras ser azotado, era desatado de la columna y caía junto a ella. En la Semana Santa de 1963 se varió -no sin polémica interna- la iconografía del paso de misterio y desde entonces Jesús aparece en una de las caídas con la Cruz a cuestas en la calle de la Amargura.

Las cofradías de Jesús Nazareno son, también, del siglo XVI, el siglo de la explosión de cofradías de Semana Santa, aunque no llegan a un tercio de las cofradías de crucificados. Sin embargo, en los siglos XVII y XVIII las cofradías del Nazareno toman un auge, se desarrollan y se fundan en mayor número que las cofradías del crucificado. El siglo XIX es crítico para todas las cofradías. En el siglo XX, después de 1936, resurgen y se fundan casi tantas como en el siglo XVI.

 Nazareno del Silencio - Sevilla - 
 obra de Francisco de Ocampo y Felguera, hacia 1610



Las cofradías del Nazareno en sus orígenes procesionaban en la madrugada del Viernes Santo, procediéndose al encuentro entre las imágenes del Nazareno y de María, su madre, con otros acontecimientos ocurridos en la calle de la Amargura y teniendo lugar un famoso sermón cantado y escenificado. 

Tras los pregones se rememoraban los hechos que acontecieron en la calle de la Amargura: San Juan corriendo buscaba a María para llevarla ante su Hijo, quien tras darle las espaldas para que ésta no sufriera, comenzaba a andar simulando las Tres Caídas. Tras las caídas aparecía la mujer Verónica para limpiar el rostro a Jesús que, posteriormente, lo mostraba al público asistente. Finalizaba la ceremonia con la bendición de Nuestro Padre Jesús a todos cuantos se congregaban en la procesión.

En algunos lugares la misma imagen del Nazareno sale en procesión en dos ocasiones: una en la tarde del Jueves Santo, sin la cruz y con las manos atadas, como Jesús Cautivo, y otra en la mañana del Viernes Santo con la Cruz a cuestas.


 Señor del Gran Poder - Sevilla (Juan de Mesa -1620)